Cuando el pitazo final sentenció la historia y la felicidad invadió los seres cabrerenses, muchos de los integrantes del plantel de Ateneo cumplimentaron un postergado objetivo de ser campeón. Es que Ateneo Vecinos quedaba en las puertas de la gloria, con la sensación de conformidad de buenas campañas. Pero no más que eso. La tarde del 10 de julio quedará guardada en la memoria de los “tricolores” cabrerenses y rubricada en la historia dorada del jóven club del Barrio Argentino de Cabrera. Y aquellos que vivenciaron el proceso desde el comienzo le brindarán mayor significancia al logro obtenido hace algunos minutos. Es el caso de Marcelo Cuello. Un referente de un rico plantel que pudo plasmar en la realidad el potencial futbolístico.
“Estoy contento porque hace cuatro o cinco años que venimos luchando, siempre nos quedábamos a mitad de camino y nunca lográbamos lo que queríamos. Ahora se dio con humildad y sacrificio el título, que se lo dedicamos a la gente, a los directivos y para el plantel y nuestras familias”, remarcó el símbolo de Ateneo.
“No es causalidad lo que conseguimos, se ganó un torneo de punta a punta, perdimos un solo partido y 1-0, hemos realizado un gran torneo y pudimos coronarlo con el título”, sentenció uno de los mejores volantes centrales de la Liga Regional que ingresa en la etapa final de su dilatada carrera: “Prácticamente es el final de mi carrera, pero la gente me da aliento para seguir. Yo hace 20 años que estoy jugando al fútbol y esto es algo muy lindo que me toca vivir”.
El enorme goleador
Gerardo Acuña es garantía de gol. No importa la divisa de turno, el “toro” siempre cumple con su función de goleador. Y en Ateneo no fue la excepción. El campeón dejará entre sus destacables estadísticas la enorme capacidad de un artillero con todas las letras. El ex 9 de Julio de Río Tercero terminó el periplo por glorioso con ocho tantos en casi la misma cantidad de partidos jugados (se sumó más tarde al plantel caberense porque estaba disputando el Argentino B). El mismo Acuño vivió en carne propia los vaivenes del fútbol. Hacía no más de tres meses sufría la agria experiencia de descender con 9 de Julio de Río Tercero en el Argentino B y días después se consagra en el fútbol riocuartense. “Es un gran desahogo. Fue feo irnos al descenso con ‘9’, pero así es el fútbol, hoy me toca esta alegría inmensa”, dijo el “toro”, que hoy marcó dos tantos ante Riveros 4-2.
Acuña manifestó que se sacaron una presión de encima porque “dejamos pasar una gran chance la fecha anterior (igualó ante San Martín de Mackenna de local) y llegamos sufriendo a la última pero por suerte se nos dio”.
Cuando los dirigentes de Ateneo se comunicaron con Acuña, el enorme goleador de la Liga Regional sabía que el objetivo no permitía licencias: “Yo acá vine para ser campeón, porque muchas veces vine y nos quedamos ahí. Cuando me hablaron los dirigentes les dije que yo venía para salir campeón nada más”. Y así fue. Aquél cometido se rubrico en la realidad y todo merced a encontrar un “equipo sólido en defensa, que encontró equilibrio con ataque. Hicimos muchísimos goles (24) y marcamos una enorme diferencia con mucho equipos. Creo que somos merecedores de este logro”.
El arquero menos vencido
Julio Arévalo llegó de Central Córdoba de Rosario para aportar la seguridad que se le exige a un guardavallas. Y lo hizo. Sustentado en una defensa muy sólida, el “1” del campeón terminó con la valla menos vencida y con datos para el elogio. Recibió sólo siete goles en catorce partidos. Pero cuatro de ellos fueron desde la vía del penal. “La verdad que logramos armar un gran equipo que presentó la defensa menos vencida, una mediocampo extraordinario y una delantera que no tengo palabras para describirla. Creo que siempre estuvimos concentrados en todos las líneas y eso es clave para lograr cosas importantes”.
“La verdad que sacamos adelante un partido muy duro y pudimos sobreponerse a la presión que teníamos. Habíamos dejado escapar un linda chance y esos siete días no se nos pasaban más, por suerte llegó el día y estamos festejando”, señaló el rosarino que pisó suelo cabrerense para ser campeón.
Redacción Al Toque