Un estudio del fútbol si lo hay. En su carpeta no queda detalle librado al azar. Esa minuciosidad se condice con un estilo que lo acompaña desde sus primeros pasos en esto de ser técnico de fútbol. Guillermo Guendulain es visto por los dirigentes del fútbol riocuartense como un entrenador conocedor del paño, serio, responsable, trabajador. Y ahora habrá que agregarle su cada vez más importante cuota de éxito. Éxito que se vislumbra no sólo en los títulos y en clasificaciones a torneos superiores, sino también en la explotación y ordenamiento de las canteras. Así pasó en Banda Norte, así pasó en Ateneo. La historia vuelve a brindarle un guiño positivo a Guillermo Guendulain en su tarea de líder de grupo. Y ya no es casualidad o sólo atribuible a lo atributos de los jugadores. La mano del DT queda de manifiesta en características que repite equipo tras equipo, campeón tras campeón. Aquél Banda Norte que brilló tiempo atrás de la mano de el ex futbolística de Belgrano de Córdoba y Racing de Avellaneda, entre otros, tuvo lo que Ateneo en este Apertura: orden, solidez y variantes futbolísticas. En esas cualidades se asentaron las fortalezas de este gran campeón. “La verdad que teníamos mucha presión, había transitado un camino muy lindo y queríamos coronarlo. Por suerte hoy se nos dio en un partido duro que teníamos que haber liquidado en el primer tiempo”, decía el DT campeón entre su acostumbrada mesura y la alegría evidente. “Logramos conformar un equipo que fue ordenado, tuvo solidez defensiva y no perdonó cuando debió hacerlo, por eso y por muchos buenos valores, Ateneo es creo un merecido campeón”, remató Guillermo Guendulain.
Redacción Al Toque