Una mirada sobre la consagración de la Selección Argentina Sub 17, dirigida por Pablo Aimar, en el Campeonato Sudamericano realizado recientemente en Perú.
"Si uno es amable, los que lo rodean terminan siéndolo. Perdimos 3-0 contra Uruguay y los chicos fueron a saludar a sus rivales. No tengo claro que eso tenga incidencia dentro del campo, pero sí afuera y al final ellos son futbolistas dos horas por día y el resto son personas".
La frase pertenece a Pablo César Aimar y es esbozada días después del arranque de la Selección Argentina Sub 17 en el Sudamericano, que comenzó el 21 de marzo pasado en Perú. La reflexión está enmarcada en lo que ocurrió en el debut del combinado nacional, que cayó ante la “celeste” en la primera fecha de la Zona B.
Argentina se acomodaría en el certamen en los partidos subsiguientes. Triunfo ante Colombia 2 a 1 e igualdad 2 a 2 ante Paraguay para luego encarar la fecha libre.
La última jornada, goleada 3 a 0 ante Brasil. Clasificación nacional al Hexagonal Final y desazón brasileña. Olé titula: “Brasil, decime que se siente”. Y la contracara son los jugadores que conduce Aimar, que salen a abrazar a sus rivales que lloran desconsolados por saberse eliminados.
En esos dos gestos ya salieron campeones. El técnico, su grupo de trabajo, y los jóvenes que evidentemente entendieron el mensaje. Sobre todo en una sociedad como la nuestra, que muchas veces –no es bueno generalizar- solo premia el triunfo y que describe al subcampeón como el primero de los perdedores. Insistimos en que no es bueno generalizar el concepto.
Después de esos actos, casi que el Hexagonal estuvo de más. Empate sin goles ante Perú, triunfo por la mínima a Uruguay, victoria 2 a 0 ante Chile, goleada 3 a 0 a Paraguay y derrota final 4 a 1 ante Ecuador para salir campeones del Sudamericano Sub 17 por cuarta vez en la historia (1985, 2003 y 2013, las consagraciones anteriores).
Ahora, en el horizonte, el Mundial de Brasil, a desarrollarse desde el 2 de noviembre próximo.
Alguna vez, Marcelo Bielsa –actual entrenador del Leeds United- explicó que “en cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados, eso sí es lo importante; lo importante es el tránsito, la dignidad con que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo. Lo otro es cuento para vendernos una realidad que no es tal".
Aimar expuso los recursos utilizados, es cultor de la importancia de la formación y los valores por sobre los resultados. El tránsito, el recorrido, por el camino, fue de victorias y derrotas. Esta vez el resultado deportivo acompañó el proceso metódico y, en su primera competencia oficial al frente de la Selección, llevó a un equipo Sub 17 a lo más alto y lo clasificó a al mundial de la categoría.
“Los que pasamos por la mano de Bielsa sabemos que llegábamos de una manera como jugadores y salíamos mejores”, diría Aimar el día de su despedida, en Río Cuarto, al enterarse que el DT estaba en la tribuna alta del estadio de Estudiantes.
Es de esperar que estos pibes recientemente coronados pasen por ese mismo camino. Así sean primeros o últimos en el próximo mundial. Para que la visión sea el recorrido y la nobleza de los recursos utilizados. Como pregona Bielsa. Como pregona Aimar.
Gráfico: Al Toque
Redacción Al Toque