El apoyo y constante aliento por parte del público fue recibido de la mejor manera por el equipo que no tuvo titubeos y jugó como nos tiene acostumbrados. Estudiantes fue el principal protagonista del partido, ahogó a Sarmiento y rugió al final. La presión fue lo de menos.
Los nervios parecieron jugar sólo en la previa. Es que fueron siete días de ansiedad dirán algunos. Cuando el reloj marcó las 16 horas, el elenco de Marcelo Vázquez saltó a la cancha como si nada. Si bien tomó total responsabilidad de lo que se jugaba, Estudiantes fue el mismo de siempre.
Los gritos ensordecedores de la gente que colapsó el Candini entraron como una dulce melodía a los oídos de los once jugadores “celestes”. Benavídez y Cainelli fueron como aviones, Cabrera y Zbrun los cerebrales, Beraldi y Foglia los líderes y el DT Marcelo Vázquez el que transmitía la estrategia y tranquilidad. Los movimientos de Estudiantes estuvieron siempre sincronizados y casi no erró un pase.
La presión de estar a un paso de jugar en la segunda categoría vino desde el público. El que siempre exige, el que siempre tiene los cambios acertados y el que patea mejor que los propios futbolistas. Esta vez, ese marco impresionante que mostró el Antonio Candini tuvo la devolución de gentilezas.
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Redacción Al Toque