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Las polémicas denuncias de Tejera tras el ascenso de Estudiantes

22-05-2019

¡Cuánta razón tuvo “Discepolín”..!

Por Ángel César Ludueña

… ¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón..!
Mezclaos con Stavisky van Don Bosco y la Mignon
Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín…
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia junto al calefón…

(Fragmento del tango “Cambalache”, letra y música de Enrique Santos Discépolo, “Discepolín”, compuesto en 1934).

 

Los contrastes entre los episodios que se mencionarán, son absolutos. Las conductas de sus protagonistas, también. Unos -los hechos- se muestran a la luz, transparentes, lúcidos. El otro, el conductual, es el más tangible ejemplo del contraste… El día y la noche.

Los protagonistas de esta historia pertenecen al mismo universo: el fútbol. Seguramente escucharon en más de una ocasión que en esta disciplina hay “códigos”. Una palabra tan vaga y ambigua así expuesta, necesita de precisiones. Cada quien le incorpora las que son más afines a sus intereses.

Uno de los actores, goza de reconocimiento y prestigio internacional; la difusión mundial de sus actos, no extrañan. El otro, está en el radar del conocimiento de un universo menor, mucho menor, que aquel; pero sus dichos -lo único diferente al otro caso, que fue por acciones propias- se irradiaron por el país y parte del mundo como una potente fuerza centrífuga, siendo su origen la difusión de un programa de un canal de cable de noticias de Buenos Aires.

Marcelo Alberto Bielsa Caldera -más conocido como Marcelo Bielsa, o el “Loco Bielsa” o, simplemente, “el loco”- es “una rara avis”. Para él, asumir la responsabilidad de sus actos y de sus dichos, no es una excepción. Así, ofrece muy pocos -o ninguno- flancos por donde atacarlo. Hasta es capaz de admitir que pudo transgredir algún principio moral o ético; pero jamás su conducta será contraria a lo que dictan las normas.

En estos últimos meses dos episodios lo pintan de cuerpo entero. Primero -en enero- el caso de “espionaje” al entrenamiento de su rival, el Derby County, con el solo objeto de observar cuales podrían ser sus movimientos al enfrentarlo. No lo hizo en persona; sí exculpó a quien fue enviado… y también al club Leeds United. Meses más tarde, en mayo, pagó de su bolsillo la multa de 200 mil libras esterlinas, impuesta por la Federación Inglesa de Fútbol al club que dirige el rosarino.

A fines de abril, encontrándose el Leeds en la necesidad de no ceder más puntos para un ascenso directo a la Premier League, frente al Aston Villa, el equipo del “Loco” se puso en ventaja, estando un futbolista adversario en el piso, cuando faltaban 15 minutos para el final. Ante los reclamos del Aston, Bielsa ordenó a su equipo, reparar -en algún modo- el daño provocado a raíz de la rápida y confusa situación, permitiendo el empate del rival, aunque esto lo alejara del ascenso.

Los 107 años de historia de la Asociación Atlética Estudiantes transcurrieron con muchísimas páginas doradas de éxitos y consagraciones, pero también con algunos dudosos y oscuros episodios que salpicaron su vida institucional y deportiva. Entre estos últimos, pueden recordarse el bochornoso final del torneo local de la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto frente a la Alianza Deportiva de General Cabrera; también el triste episodio en uno de los tantos choques con Belgrano de Córdoba y los disparos que hirieron a un joven en la Tribuna Oeste.

Las sospechas de partidos “arreglados” o amañados como el bochornoso triunfo de 16 a 1 frente a Atlético de Chilecito por un Torneo Regional clasificatorio para un Nacional, al tiempo que la Juventud Alianza de San Juan hacía lo propio frente a Defensores de la Boca de La Rioja, superándolo 9 a 1… Otro caso: el polémico empate frente a Racing de Córdoba, 2 a 2 en nuestra ciudad, en un partido donde era vox populi que el “celeste” triunfaría; al mismo tiempo, circulaba la versión que los futbolistas de “La Academia”, venderían cara la derrota. Ejemplos de diferentes momentos de la década del ’80. Las sospechas sobre partidos o campeonatos amañados en el fútbol del interior nunca fueron totalmente ocultadas; tampoco verificadas.

Pocas horas después que el club de la Avenida España obtuviera el ascenso al Nacional B de la AFA, al vencer por 2 a 0 a Sarmiento de Resistencia, Chaco, el futbolista “charrúa” Juan Tejera fue -parafraseando- “trending topic”, pues en un audio se escuchaba su voz, sugiriendo supuestas irregularidades en los partidos del Pentagonal por el ascenso, protagonizados por el “celeste” y evocaba dichos que habrían surgido de labios del presidente del club, Alicio Dagatti, respecto de un ascenso a la categoría superior, asegurada.

A diferencia de lo que hoy sucede, en el siglo pasado y primeros años del actual, nada entonces quedaba registrado. Todo era un secreto a voces. Sólo el testimonio de un involucrado y arrepentido -palabra tan de moda en el país, últimamente-, podía visibilizar lo oculto. El nuevo paradigma expuesto por la Tercera Revolución Industrial o Tecnológica o de la Inteligencia, desnuda a las personas ante el mundo.

Y si el uso que se hace de ellas, es difundido por un medio periodístico nacional -como por caso el canal de noticias por cable C5N-, se expande como la mancha venenosa. La radiación de expresiones del propio Tejera desde un medio nacional, tuvo el resultado de un efecto multiplicador, casi a la enésima potencia. El club y el plantel replicaron rápidamente aquellos dichos. Nadie pudo evitar que el tema salpicara el triunfo que pocas horas antes había alcanzado el equipo dirigido por Marcelo Vázquez.

El denunciante en persona se vio forzado por las circunstancias -¿y también por la presión de alguien?- a intentar explicar, aclarar o, tal vez, rectificar lo difundido. ¿Fue un acto de ingenuidad? ¿No midió el peso específico de sus denuncias? ¿Nunca imaginó que podía filtrarse a través de las redes? O acaso, ¿las utilizó para que esto sucediera y según la repercusión, sostenerlas o descargar la responsabilidad en un tercero real o ficticio? ¿Puede alguien, tan livianamente, afirmar que se trata de un invento? ¿Por qué no sostuvo sus dichos, si es que fueron tal como se escucharon o difundieron? ¿Por qué no asumió la responsabilidad, buscando, en cambio, salvarse con un “chivo expiatorio”?

La duda quedó instalada, de todas formas. Tejera -en mi opinión- ni explicó, ni aclaró, ni ratificó y mucho menos rectificó sus dichos. Sus últimas declaraciones fueron ambiguas.

Regresando al contraste con el que inicié esta columna, se me ocurre una última reflexión: el “Loco” Bielsa no le escapa el culo a la jeringa. Tejera, sí… ¿¡To be continued!?

 

 

Foto: www.aaestudiantes.com.ar