Por Leonardo Gasseuy
Macondo fue fundada por José Arcadio Buendía y los miembros de su expedición, formada por varios amigos, sus esposas e hijos. Su objetivo era cruzar las montañas en dirección oeste en busca de una salida al mar, buscar su destino. El sitio de fundación fue aquel lugar donde una noche, tras haber deambulado durante 26 meses, soñó con una ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo, cuyo nombre era Macondo y trajera los sueños a la realidad.
En 1967, García Márquez escribía Cien Años de Soledad, luego de ello, Aracataca –su pueblo- fue Macondo, y Macondo fue Colombia, y el Caribe, y algo del resto de América Latina. Macondo fue pueblo, calles de polvo, niños barrigones y desnudos, diluvios, peste, fiebres de insomnio, delirio de realidades. “Macondo naufragaba en una prosperidad de milagro y de sueños, esos sueños que se hacen realidad cuando uno lo quiere y están en el correlato de la lógica”, los tangibles, los que escribe la gente con sus propias manos.
Lejos de ser parte de un mundo imaginario, surrealista, Zipaquirá es Macondo, Aracataca, Colombia y el Mundo del Ciclismo. Es la tierra de Egan Bernal, el primer ciclista latino de la historia y el más joven en los últimos 110 años en ganar el Tour de Francia 2019, la prueba más importante del mundo. En esa misma Zipaquira -120 mil habitantes-, García Márquez terminó el secundario, fue en ese lugar donde se abrazó a la literatura, donde nació Cien años de Soledad.
En 1902, en París se diluía la convivencia comercial de los dos más importantes diarios de la época El velo y L´auto. Este último decidió nacionalizar una prueba ciclística, creó el Tour, lo llenó de mística y ante la acusación permanente de amarillismo editorial, optó con sorna, otorgar la malla amarilla al ganador de la etapa. Sin saber, creaban un sello macondiano.
El Tour de Francia, genera una locura, es una cita que ya está institucionalizada y es el quinto evento deportivo más importante del mundo. La prueba tiene una extensión de 3480 kilómetros, la corren 176 ciclistas y se transmite en vivo a 190 países. Este año la velocidad máxima alcanzada fue de 101.5 km/h y la media del ganador fue de 40.44 km/h. Repartió 2 millones de euros en premios –Bernal se llevó 500 mil-, Carrefour, Skoda y el Banco de Credite Lyonays auspician y venden la prueba.
>Los cinco eventos deportivos más importantes del mundo:
1) Mundial de Fútbol
2) Juegos Olímpicos
3) Mundial de Rugby
4) Super Bowl del Fútbol Americano
5) Tour de Francia
Miguel Ángel Bermúdez, es el típico colombiano de acción, nació en Boyacá, hacedor, controvertido, portador de genio y locura como casi todos los personajes que escriben la historia. En 1983 era el presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo… “si es necesario a fuerzas de matoneos -dijo sin sonrojarse- llevaré un equipo de pedalistas colombianos a Europa, mientras más se rían de mi idea, más fuerza me dan...”, con todo en contra -como José Arcadio Buendía que consideraba que del otro lado del mar estaba la génesis- convenció a la empresa de pilas Varta que apoyó y dio su nombre al equipo.
Hicieron historia, abrieron el camino. Bermúdez cumplió su palabra, luego fue gobernador de Boyacá, lo envolvió la corrupción y la polémica, la privatización irregular de la licorera Boyacá y una faraónica obra pública cargada de sobreprecios, lo depositaría en la cárcel, pero el sueño de que el ciclismo colombiano sería elite mundial, tenía sustento en su gestión y su locura.
Laurent Fignon –gloria del ciclismo francés, conocido por su desagradable pedantería ganador del TF 1983- describió al equipo colombiano: “Cuando los mirábamos caminar antes de la competencia, petisos, morrudos, comiendo plátanos, no entendíamos el objetivo de esa gente, pero todas las dudas se evacuaron cuando llegamos a las montañas, y puedo decirlo: ‘los ciclistas colombianos son los más grandes atletas que mis ojos han visto’”. Lo dijo antes de morir por un cáncer de páncreas en 2010. Certera sentencia de lo que venía.
Egan Bernal nació en 1997, compró esta semana su parcela eterna en el olimpo del deporte colombiano, hace seis años tomó una decisión: dejaría el ciclismo y dedicaría su tiempo al estudio: “No puedo hacer ambas cosas, si entreno me va mal en la universidad, si estudio me va mal en la bicicleta. Iré a la universidad, el futuro de mi familia está en mi formación, quiero escribir...”, pero el ciclismo le ganó la pulseada al periodista, se proyecta a ser el mejor deportista colombiano de la historia. Gabo no lo conoció, no importa, escribió su historia de realidad con sus propias manos en función de la fortaleza de sus piernas y su mente.
Especial para Al Toque Deportes
Foto: Reuters
Gráfico: Al Toque