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Opinión

19-08-2019

Onel Hernández, la Premier y la Isla

*Por Leonardo Gasseuy

A principios de 1993, la revista Times, primer semanario de información general estadounidense, titulaba: “Castro, Cuba must change to survive”. Su carácter militante y sincero, contrario al régimen de la isla, sugería un cambio de rumbo. El título de la portada, se ajustaba a la imagen de Fidel, la barba canosa, la piel curtida, los ojos tristes con la mirada ajena a su altivez característica. Claramente la portada decía que Cuba debía cambiar para sobrevivir.

 

Ese día, 1 de febrero de 1993, en la provincia de Ciego de Ávila, a las tres de la tarde nacía Onel Hernández, quien sería el primer cubano en la historia en jugar en la Premier League Inglesa de Fútbol. El pasado viernes 9 de agosto, Hernández debutó por la primera fecha de la liga inglesa para el Norwich City ante el Liverpool en “Anfield” -nada menos-, el resultado fue una anécdota del sueño que acaba de comenzar.

 

 

A finales de 1998 un alemán de nombre Ewald, como miles de europeos que escapan al frío y sueñan con el caribe, recaló en Cayo Coco, en donde no solo encontraría el paraíso sino que también conocería al amor de su vida -Yaneisy, cubana, separada con dos hijos–. Juntos partirían a Alemania en 1999 y desde los 7 años, Onel, el varón, acompañado por su padrastro comenzaría a ser futbolista. Tras crecer en las categorías inferiores del Arminia Bielefeld, pasó por los filiales del Werder Bremen y Wolfsburg, su primer contrato con un primer equipo le llegó con el Eintracht Braunschweig, sus propias condiciones hicieron que comenzara a escribir su historia.

 

Daniel Farke, 46 años, alemán de Renania del Norte, en febrero de 2017 arribaba al Norwich City de la segunda división inglesa. Llegó del Dortmund B y comprendió rápidamente que ganaría la Championship (segunda división inglesa) solo si imponía su estilo y reclutaba su gente. Llamó a Onel Hernández del Eintracht Braunschweig, juntos conseguirían el ascenso -postergando al Leeds de Bielsa- dándole la plataforma ideal para que el cubano debute en la premier británica.

 

“Mis amigos cubanos no entienden que me guste el fútbol, ellos en la isla juegan al béisbol y baloncesto…”, dice Hernández. Y continúa: “Mi sueño es contagiarlos y darle valor a mi selección”. Es muy posible que la historia con la selección no se cumpla, por más que el jugador y la familia lo añoren.

 

Oficialmente está considerado el 11 de diciembre de 1911 como el día en que se juega el primer encuentro de fútbol en Cuba, hecho que ocurre en los terrenos de Palatino, ubicado en la barriada del Cerro en La Habana. El encuentro se desarrolla entre los equipos Hatuey -formado por cubanos y españoles - y el Roberts -integrado por jugadores ingleses-. En 1924 se creaba la Asociación de Fútbol de Cuba que se afiliaría a la FIFA en 1929 y a la Concacaf recién en 1969.

 

Desde hace más de 60 años en Cuba, las decisiones, del tema que sea y el tamaño que tengan, son exclusivamente políticas. La Asociación Cubana de Fútbol no considera justo y necesario convocar a Onel Hernández –que ya jugó para Alemania U18- a su selección.

Los métodos de análisis consideran que un deportista de elite que represente a Cuba debe necesariamente formarse en La Habana y haber adquirido en su derrotero la idiosincrasia de las políticas de la isla. Consideran que abandonar el país, crecer en otro ámbito y alcanzar sus objetivos, atentan contra la política deportiva cubana.

 

Hernández le decía a The Guardian: “Es muy triste porque tenemos buenos jugadores en todo el mundo que quieren volver a ayudar. No necesitamos el dinero, queremos jugar gratis. Mi madre habló con el entrenador y la Federación; me dijo que no saben qué hacer, pero que están luchando con la esperanza de que algún día podamos volver a jugar. Dijo que hay muchos políticos que no quieren apoyar el fútbol. Béisbol, baloncesto, boxeo, otros deportes… pero no fútbol. No sé cuál es el problema, pero es horrible”. Hernández no entiende que el problema es político. Para los que están fuera y para los que están dentro.

 

Hace pocos días que la selección cubana participó en la Copa de Oro de la Concacaf –se jugó al mismo tiempo que la Copa América en Brasil-, y fue decepcionante, una vergüenza que obliga replanteos, jugó 3 partidos, perdió los 3, recibió 17 goles y no convirtió ninguno. La ganó México con el “Tata” Martino, las políticas internas cubanas desaprovechan ventajas comparativas ignorando la evolución en los sistemas de trabajo y las convocatorias.

 

En la Grecia antigua, Morfeo, el Dios de los sueños, era víctima cuando se despertaba de una hipnosis revertida: se le fugaban las realidades y se aferraba a sus fantasías. En la Copa de Oro, el capitán de la selección cubana Yasmani López desertó de la concentración después del primer partido y aún se encuentra en un lugar no determinado de Estados Unidos. Se formó en la isla y no quiere volver a Cuba. Onel Hernández en los pasillos de “Anfield”, después de jugar ante el Liverpool, ruega por un lugar en su país. Morfeo ajusta su realidad y, aunque siempre odiosa y no perecedera, la portada de Time reclama que para sobrevivir se debe cambiar.

 

 

Especial para Al Toque Deportes

Foto: Paul Chesterton/Focus Images

Gráfico: Al Toque