“La experiencia fue fabulosa; se logró algo impensado”, comentó el doctor Gerardo Boccardo, integrante del cuerpo médico de la Selección Argentina U 19 que se adjudicó la medalla de bronce en el Mundial que se disputó en Tailandia.
La Selección Argentina femenina, categoría menores de 19 años, escribió una página en la historia del básquetbol de nuestro país en los primeros días del mes en curso.
Es que el combinado que dirigió Eduardo Pinto se quedó con la medalla de bronce en el mundial de la categoría que se llevó a cabo en Bangkok, Tailandia.
Dentro del cuerpo técnico, que pasará a formar parte de la historia por el impensado logro, hubo un protagonista riocuartense. Se trata del doctor Gerardo Boccardo.
Boccardo, quien además juega al rugby en Jockey Club, dialogó con el periodista Osvaldo Wehbe en el programa “Pelota de Trapo”, que se emite diariamente por FM Maradó en una co-producción del Grupo Maradó y la Cooperativa de Trabajo Al Toque.
El hombre que entró en la gloria del básquetbol femenino comentó inicialmente como es que llegó a ocupar un lugar en el cuerpo médico de la selección: “Fue una posibilidad hermosa y muy importante que me brindó un colega con el que trabajo en Río Cuarto, el doctor Ariel Terzi. Él está trabajando hace varios años con las divisiones juveniles masculinas de básquet y le surgió la necesidad de conseguir a alguien que trabajará con las chicas del seleccionado femenino y gracias a Dios se me habló a mí”.
- ¿Cómo es que están involucrados tanto el dr. Terzi como usted con al federación?
Cuando Ariel hizo su especialidad en Buenos Aires comenzó a trabajar con los seleccionados juveniles de básquet a través de una conexión. Él hace cinco o seis años que está con ellos. Gracias a su labor y a su buen desempeño lo siguieron convocando.
En el caso mío, estoy haciendo la especialidad en deportología y le comenté a él que me interesaba lo que hacía y que me tuviera en cuenta si surgía alguna posibilidad.
Gracias a Dios lo llamaron y le preguntaron si tenía algún colega para recomendar porque necesitaban a un médico para las chicas del seleccionado.
Así es entonces como se dio que ambos estuviéramos involucrados, porque él estuvo junto al seleccionado masculino Sub-19 que consiguió el quinto puesto en Nueva Zelanda.
- Se logró un resultado inédito para el básquetbol femenino argentino, ¿Cómo fue la experiencia?
Fue fabulosa. Fue muy importante la gira pre mundial que se hizo, que creo es la primera vez que se dio en lo que es seleccionados femeninos de básquet. Pudimos ir a Francia y España, jugar con esos equipos y además enfrentar a República Checa, Rusia y Suecia.
Las chicas demostraron en este mes, si tomamos como fecha el 30 de junio que es cuando partimos, una madurez gradual tanto en lo deportivo como en lo personal, consolidándose como grupo y como equipo.
Esto fue fundamental para alcanzar lo que se logró: algo impensado para la mayoría de las personas. Nadie imaginó que se podía lograr tanto.
- ¿Qué tipo de físico tienen las chicas menores de 19 años que juegan al básquetbol en un seleccionado?
Si comparamos con las que están en Europa, la diferencia fue bastante importante. En Argentina, con pivot muy grandes, la más alta estuvo en 1,85 metros... no sé si llegaban a 1,90, contra una pivot rusa que creo que medía 2,03 metros y una de Australia que estaba 2,05.
La diferencia de físico fue importante, pero las chicas la supieron suplir con la actitud que siempre caracterizó a los seleccionados argentinos. Eso hizo que la diferencia en el físico no fuera tan importante.
- ¿Tuvieron que tomar precauciones por el tema del clima, costumbres, comidas?
Si. A todo el plantel se le colocó la vacuna contra la fiebre amarilla previo al viaje.
En lo que respecta a la alimentación, tratábamos de estar todos constantemente encima de las chicas viendo que alimentos había. Si bien estábamos todos en un mismo hotel, los dirigentes de la FIBA (Federación Internacional de Básquet) trataron de hablar con la gente del hotel para que tuviesen una alimentación bastante variada.
Aún así, creo que hubo alguna que otra falencia o pequeños detalles. Esto hizo que estuviéramos controlando a las chicas para que no comieran algunas cosas o evitar muchas comidas picantes. Estas cuestiones a lo mejor podían llegar a producir alguna descompostura en alguna y como consecuencia marginarla de algún partido. Gracias a Dios no pasó, porque tratamos de estar hasta en los mínimos detalles para que no se nos pasara nada.
Redacción Al Toque