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Fitness - Prevención de lesiones

18-09-2019

Trabajar desde la prevención en lesiones deportivas

Por Alejandro Petenatti*

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Los entrenamientos de fuerza generalmente constituyen un "dolor de cabeza" para los deportistas y sus entrenadores. En muchos casos los deportistas no realizan sus sesiones de fuerza porque no quieren ir al gimnasio, porque les “aburre” o quizás porque no están informados de su importancia.  El problema resulta, cuando las lesiones comienzan a aparecer de forma recurrente y entonces sí, es el momento de trabajar en la prevención de los mismos.

 

Es muy importante el desarrollo de un programa de prevención de lesiones deportivas para no descuidar el tiempo destinado al entrenamiento y la competencia.

 

En este caso se van a desarrollar algunas consideraciones, en forma breve, sobre un grupo muscular situado en la parte posterior del muslo como son, los isquiotibiales.  Los cuales están conformados por tres músculos: Semitendinoso, Semimembranoso y la porción larga y corta del Bíceps Femoral.

 

Esta musculatura resulta muy exigida en acciones realizadas a rápida velocidad como son los sprints, cambios de dirección y saltos. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de las lesiones producidas en los isquiotibiales se producen sin contacto y cuando el deportista está corriendo ya sea en altas velocidades o realizando cambios bruscos de la misma. De ahí la necesidad de establecer protocolos adecuados para la prevención de lesiones, así como evitar que se  vuelvan a repetir.

 

Los pilares en un protocolo de prevención de lesiones en el deporte

 

1. Sensibilidad propioceptiva, donde se trabajan cualidades físicas como el equilibrio y la velocidad de reacción.

2. Coordinación neuromuscular y entrenamiento de fuerza, teniendo especial relevancia la fuerza excéntrica.

 

Profundizando en la musculatura de los isquiotibiales, el bíceps femoral al ser un músculo biarticular de estructura compleja, así como por su gran cantidad de fibras blancas o rápidas, tiene la capacidad de generar fuerzas mucho mayores que la del semitendinoso. Además, por sus características biomecánicas lo colocan en una situación de riesgo, ya que es el que se encuentra en condiciones de soportar la carga excéntrica de fuerza que se produce en la fase final del balanceo en la carrera, a diferencia del semitendinoso, que puede activarse en forma veloz y generar una gran cantidad de movimiento. Si a esto le sumamos el tener bajos niveles de fuerza, va a ser un músculo susceptible de sufrir lesión por fatiga y/o debilidad muscular, así como desequilibrio de musculatura agonista-antagonista.

 

Por ende, en un buen protocolo de ejercicio preventivo y para mejorar la fuerza de la zona posterior del muslo se debería tener en cuenta y hacer hincapié en el bíceps femoral.

 

Al realizar este tipo de programas no nos debemos olvidar de los músculos sinergistas aquellos, que con una mala ejecución o debilidad de los mismos también estaría poniendo en riesgo o dando mayor exposición a adquirir una lesión. Así, habrá que poner especial hincapié en la musculatura  glútea, que actúa como sinergista de los isquiotibiales, siendo el principal extensor de cadera y un gran estabilizador de la pelvis y la rodilla. Si tenemos un glúteo mayor débil los isquiotibiales estarán realizando un trabajo mayor que podría llegar a convertirse en lesión por sobre-esfuerzo muscular.

 

Otro punto a tener en cuenta son los factores de riesgo, se deben tener en cuenta la edad, los antecedentes de lesión previa, la diferencia de fuerza con su miembro contralateral, la relación isquiotibial-cuadriceps, nutrición, factores psicológicos, deporte que realiza, puesto, entre otras.

 

La mayoría de los artículos indican que, con el aumento de la edad de los deportistas activos, el riesgo de sufrir lesión en los isquiotibiales se incrementa considerablemente. Este incremento se estipula en un aumento del riesgo por año de edad del deportista a partir de los 23 años, independientemente si presenta lesión previa o no de este grupo muscular.

 

En cuanto a la lesión previa es importante que a la hora de sufrir dicha injuria el deportista tenga una rehabilitación óptima, donde al finalizar el mismo pueda estar preparado para poder realizar su actividad de forma normal y no tenga una recaída de su lesión.

 

Otro factor es la diferenciación de relación de fuerza, en donde la asimetría elevada de los miembros induce al riesgo de sufrir una lesión. Por lo que es otro punto a tener en cuenta a la hora de trabajar en la prevención.

 

Existen varios ejercicios para trabajar en la fuerza de los isquiotibiales como lo son  el Peso Muerto, Curl Femoral en máquina Yo-Yo (Flywheel leg-curl), Curl Nórdico (NHE), Flexo-Extensiones de cadera con cinturón ruso (Russian belt), Extensiones de cadera en decúbito supino con polea cónica, entre otros. Lo ideal es que cada plan preventivo este dado en base a las características individuales de la persona o grupales en el caso de trabajar en un equipo.

 

Conclusión

 

En el momento de trabajar siempre va a ser lo más óptimo empezar desde la prevención. Para esto se debe tener en cuenta los factores tanto intrínsecos como extrínsecos del deportista, en donde una correcta evaluación, ya sea individual o grupal nos va a llevar a poder realizar un óptimo programa de prevención.

 

“No nos debemos concentrar únicamente en el trabajo de un solo músculo, ya que ningún músculo actúa de forma aislada durante la ejecución de movimientos complejos”.

 

*Alumno Adjunto Cátedra Fisioterapia. Licenciatura en Kinesiología. Universidad de Mendoza Sede Río Cuarto

 

Fuente Universidad de Mendoza