* Por Leonardo Gasseuy
FC Unión Berlín, es un club de fútbol alemán, fundado en enero de 1966 en plena guerra fría, del lado oriental que, por ese tiempo, era el corazón pasional de la gris Alemania comunista. La semana pasada debutó en la Bundesliga, das team der arbeiter, el equipo de los obreros llegaba a la elite. Perdió con el Leipzig, su enemigo ideológico, no deportivo.
La destrucción por los bombardeos de los aliados que terminaron con la resistencia de Hitler en 1945, fue solo uno de los desastres que asoló a la capital alemana, el otro, la creación del muro divisorio y la separación literal de las ideologías. El fútbol no fue la excepción.
En 1966, mientras en el mundo se corroía por una guerra fría desgastante, puertas adentro, en el sector oriental del muro, se fundaban dos clubes de fútbol en medio del comunismo: la Unión Berlín, el equipo de los empleados metalúrgicos, y el Dínamo Berlín, la escuadra de la Policía secreta de la Alemania Democrática, la maquina más sofisticada de vigilancia y represión puesta en marcha por una dictadura, cuando dominaba el terror, ganaron 10 campeonatos consecutivos – 1977 /1988 hoy está jugando la Regionalliga 4° División -, dos maneras distintas de nacer y existir.
“… la creación del muro divisorio y la separación literal de las ideologías. El fútbol no fue la excepción.
En 1966, mientras en el mundo se corroía por una guerra fría desgastante, puertas adentro, en el sector oriental del muro, se fundaban dos clubes de fútbol en medio del comunismo: la Unión Berlín, el equipo de los empleados metalúrgicos, y el Dínamo Berlín, la escuadra de la Policía secreta de la Alemania Democrática”
Unión -el nombre del club, en alemán Gewerschaff- es históricamente el refugio de los descontentos con el régimen represor: "No todos los hinchas del Unión son enemigos del Estado, pero todos los enemigos del Estado son hinchas del Unión", así pensaron en 1966, lo hicieron cuando eran perseguidos y lo hacen hoy jugando en la Bundesliga.
La cenicienta, el club familia, que forjó su historia a través de valores culturales propios, comprenderá que los mismos serán impropios en su nuevo ámbito. Hasta el año 2012 las incorporaciones de jugadores llegaban a un costo cero, no obstante, la genealogía de su presente ha cambiado las cosas. Lo que no cambia es la visión de un club integrado, un club que profesa un modelo de vida muy ajeno al contexto de actual convivencia. Se sienten y son extraños en un complejo social, competitivo, heterodoxo y egoísta. Unión Berlín es un club distinto en medio de la mercantil liga alemana.
Los clubes que participaron en las dos categorías del fútbol profesional germano facturaron un 10,3% más en 2018-2019 y alcanzaron los 4.421,88 millones de euros. Además, la rentabilidad de estas entidades fue a más, con una mejora interanual del 17,6% y 128,39 millones de euros, que esencialmente se debe al regreso a beneficios de la Bundesliga 2.
Cuando el año pasado se consumó el título del Bayern Múnich, séptimo consecutivo desde el 2013, 29° en su historia, Lothar Matthaus dijo: “El Bayern Múnich se impondrá siempre, por que ganó una batalla imprescindible, destrozó a todos psicológicamente, impondrá sus formas, vencerá siempre…”, es su estilo, en lo deportivo y lo comercial.
Audi se reaseguró el 8.33 por ciento de las acciones del Bayern Múnich este último mes por mil millones de euros –supera el acuerdo Chevrolet y Manchester United—. El Bayern tiene cuatro tipos de patrocinadores: Cuadro Principal: Audi, Telekom Alemania, Adidas y Allians Seguros. Son socios estratégicos y accionistas. Segundo Cuadro - Platino: DHL, Konami, Qatar Airways y Siemmens. Tercer Cuadro - Colaborador de Oro: Coca Cola. Cuarto Cuadro - última instancia de patrocinio: Hugo Boss, Apple y Laboratorios Bayern. Avasalla en el campo y destroza records en sus números comerciales.
El poder mercantil de la Bundesliga atrae a todos y la convierte en una masa heterodoxa. El RB Leipzig fue fundado en 2009 por la empresa de bebidas energéticas Red Bull (tras comprar la plaza del club SSV Markanstädt, entidad amateur de un pueblo a 13 kilómetros de Leipzig, por algo más de 350.000 euros), ascendieron del fútbol regional al círculo máximo en 7 años, se enfrentaron a Unión Berlín por la primera fecha, los “obreros” repudiaron a los visitantes con 15 minutos de silencio total, en discordancia de las políticas comerciales del rival. Jan Swartz socio local y fanático del Unión, dijo del RB Leipzig: “Es un club hecho a golpe de billetera, sin una afición constante, y en cuanto Red Bull corte el grifo parece destinado a caer en el olvido.”
El Unión no cambió al llegar a primera y, pese a su clara demarcación como equipo de trabajadores, fue aglutinando apoyo en las comunidades de hippies y punks de Berlín, quienes veían en el club un lugar donde ir a canalizar sus frustraciones de una forma más positiva. Así, las puertas del Alten Försterei no serían exclusivamente para los vecinos de la zona de Köpenick, sino para todo aquel con una opinión crítica.
La inestable situación financiera del club ha hecho que sus directivos afilen su ingenio para inventar nuevas formas de ahorros o de ingresos. Junto a los voluntarios para levantar el estadio, se venden los pixeles de su página de internet, placas con nombres de donantes en el
túnel de ingreso a la cancha y horas de trabajo para financiar gastos estructurales.
En la temporada de 2004, las desgracias financieras del club ya les habían costado a los fans, literalmente, sangre. En una campaña llamada "Sangrando por Unión", se llamó a los seguidores del club a vender su sangre y donar lo ganado –en Alemania el Estado le paga al donante– y recaudaron más de 2 millones de dólares.
Los hinchas de Unión Berlín trabajan, donan, son amplios en ideologías, inclusivos y coherentes, tan libres en sus formas que pagan con su idiosincrasia moral su momento y sus maneras. “Nosotros, los del Este, siempre avanzamos", dice la cantante de Punk e hincha Nina Hagen, interprete del himno oficial “Eisern Union” - Unión de Hierro. Disfrutan el momento y no se sienten cómodos en el contexto que el fútbol los colocó, dicen que el dinero corroe la unión de la familia e involuntariamente la cambia.
El lema cultural no se modificará. Le preguntaron a Harald Siemez (hincha de 76 años, que el día del primer partido fue al estadio con una pancarta con la foto de su padre, fallecido en 1980, para que presenciara el debut) si le temía a la liga alemana. Siemez bajó la cabeza y dijo: “Nosotros combatimos a la Stassi cuando en Berlín desaparecían 500 personas por día, miedo no tenemos, pero las armas comerciales de las Bundesliga son más letales que las de la policía, veremos cómo nos va, esta guerra será muchísimo más dura.”
Especial para Al Toque Deportes
Gráfico: Al Toque