Por Leonardo Gasseuy
Eliud Kipchoge nació en Kenia el 5 de noviembre de 1984. En días cumplirá 35 años. El último sábado en Viena corrió la distancia de una maratón – 42.195 metros - en 1 hora 59 minutos y 40 segundos. Nadie hizo nada igual. No será homologado como record por siete razones que la Federación Internacional de Atletismo considera violatorias a las pruebas convencionales. No importa. Su metro 67 de estatura y sus 52 kilos cabalgan el viento en forma literal.
El filósofo, como le dicen en Kenia, por su apego a la lectura, parte de una frase de cabecera si quieres tener éxito, no te mientas a vos mismo”. Hijo de agricultores, nació en la aldea de Kapsisiywa. Comenzó a correr para escapar a la pobreza y la suma de sus condiciones naturales más su rígida autodisciplina, lo convertirán seguramente en el mejor maratonista de la historia. Entrena en el campamento de Iten, un pueblo de 5.000 habitantes que, en el interior de Kenia, nuclea a la elite del atletismo mundial.
Cuando los acontecimientos sociales pasan a ser extraordinarios siempre responden a una lógica. En el 2018 sólo 181 atletas en todo el mundo corrieron el maratón por debajo de las 2 horas 10 minutos. De ellos, 133 son keniatas, sin mencionar las carreras de menor recorrido, donde sencillamente copan por asalto los podios y pulverizan los records de manera sistemática.
La ciencia también lo trata de explicar, o al menos entender, El investigador de la evolución humana Daniel Lieberman, de la Universidad de Harvard, ha pasado varios años estudiando los distintos factores que hacen que los atletas de esa región sean tan rápidos “En la maratón, por ejemplo, los mejores kenianos son más rápidos por poco más de dos minutos que los mejores atletas estadounidenses. Ningún científico puede explicar cómo ni por qué pueden sacar esta diferencia en 42 kilómetros. Hasta hoy, nadie ha sido capaz de encontrar los genes que hacen que los kenianos de élite sean más rápidos. Así que creo que la respuesta honesta es que no sabemos por qué son más veloces que el resto”, reconoce el profesor de Harvard.
El Valle del Rift, la Cuna de Humanidad. ¿Será la causa? Por qué no?
Iten, Eldoret, Kaptaga, son los tres pueblos rurales keniatas,- mecas del atletismo mundial - que agrupan, con el 100% de seguridad, el mayor número de medallistas olímpicos por metro cuadrado del mundo. Ponemos bajo la lupa al Valle del Rift, la Cuna de la Humanidad por un accidente geológico, para ver si nos otorga alguna respuesta para saber un poco más sobre este fenómeno de superhombres que no encuentran rivales en ninguna competición pedestre.
A partir de la separación y superposiciones geotectónicas y los movimientos de las placas telúricas, se originó la falla del Rift, una abertura en la tierra lo que provocó que los simios que quedaron al oeste de esta falla tuvieran que abandonar su hábitat natural: el bosque. Poco a poco la vegetación y la humedad fueron desapareciendo. Esto supuso una nueva adaptación y desplazamiento de los ejemplares hacia otros ecosistemas. La sabana se iba desertizando poco a poco y, para sobrevivir, debían adaptarse. Los simios locales, que hasta entonces vivían en las ramas de los árboles, debieron hacerse terrestres y dieron lugar a los primeros homínidos.
Fruto de ello se da el bipedismo. Se pusieron de pie para ver más lejos, para transportar objetos -crías o alimentos- y para atacar o defenderse. También permite soportar mejor la insolación, cambiaron la curvatura de su columna y adquirieron muchísima velocidad y resistencia en sus desplazamientos. Dicho de otro modo: el hombre, conforme a lo que es hoy, nació en el corazón de Kenia. Está claro que el dominio total en el deporte de resistencia responde a los determinismos genéticos desde los albores de la raza.
Eliud Kipchoge fue campeón de los 5.000 metros antes de ser fondista. Cuando pasó a competir en maratón jugó sus fichas a pleno: corrió 11 pruebas, ganó 10, fue segundo en la restante –Berlín 2013 - y se colgó la medalla dorada de Rio 2014. En todas, con marcas menores de 2 horas 9 minutos. Puso sus piernas y su talento deportivo en manos de un mecenas, así como el espíritu amateur huele a sudor y se baña en lágrimas, la supercompetencia y el mercado capitalista son amantes eternos amalgamados por la frialdad y las cifras.
Jim Ratcliffe, nació en Inglaterra el 18 de octubre de 1952 y es el hombre más rico del Reino Unido. Es dueño del grupo Ineos, Forbes asegura que su fortuna llega a los 20.000 millones de euros. Ingeniero Químico, comenzó como empleado de Esso y prontamente comprendió dos cosas: que siendo creativo podría convertirse en millonario y que su temperamento no era compatible para ser empleado. Luego de un amplio recorrido en el mercado de la química que lo posicionó comercialmente como líder mundial – en tiempo record se quedó con la firma alemana BASF y la americana Dow Chemical Company aliada con Dupont – puso sus ojos en el deporte. Compró el club de futbol Laussana de Suiza y el Niza Frances.
Derbail Jordan de la BBC News le preguntó a Ratclife dónde estaba la clave de su visión para que sus emprendimientos sean prósperos. Practico y flemático como todo británico de Manchester dijo: “pongo mis ojos en productos en los que nadie se atrevería a invertir. Además de Kipchoge, su equipo Ineos descubrió e invirtió en Enal Bernal el ciclista colombiano. Este año esa sociedad se quedó con el Tour de Francia.
En la pared de su austera habitación de su campamento en Iten – Kipchoge entrena de lunes a sábado y los domingos los pasa con su familia en Eldoret - tiene pegada una frase que lo describe:” No pain, no gain (¡Sin dolor no hay ganancia!), su preocupación y la del resto de los atletas kenianos pasa por la agresiva presión fiscal del gobierno de ese país sobre los premios que los corredores ganan – los descuentos llegan hasta el 45 por ciento – así y todo, ellos continúan en Kenia.
Correr 42.190 metros en menos de dos horas, más que una proeza es un milagro, más si analizamos las condiciones naturales de los corredores Se podría decir que en Kenia los cuatro puntos cardinales del mapa social son el hambre, la pobreza, el sida y el analfabetismo. Que en muchas esquinas hay niños aspirando bolsas de pegamento, que el país ha sido arrasado por plagas terribles de fiebre amarilla y malaria, que el terrorismo musulmán ha explotado varias veces en forma de camiones bomba, con cientos de muertos y vacunas de miedo. En ese contexto el hombre record corre y deja su mensaje. "Si eres indisciplinado, eres esclavo de tus estados de ánimo y tus pasiones. Sólo los disciplinados son realmente libres", lo dice Kipchoge, el mejor de su especie, en el corazón del Valle del Rift, donde nació la especie.