El 17 de febrero pudo ser tranquilamente uno de los mejores capítulos del Estudiantes de la actualidad. Tal como una serie, el compromiso que enmarcó la decimoséptima fecha ante Platense quedó en la retina del hincha por el vértigo que mostró la lluviosa noche en el “Antonio Candini”. Estreno de luces, debut de Ortigoza – con la 10 –, grandes actuaciones individuales y grupales y el resultado final que deja al “león” en lo más alto de la Zona A.

Antes del comienzo del partido frente al “calamar” hubo un mimo para la gente y la materialización de una obra histórica para la institución. Las viejas luces se apagaron, el estadio quedó a oscuras – iluminado por celulares que regalaron una gran postal – y tras un conteo, que fue acompañado por la hinchada, se prendieron las nuevas luminarias LED.

Estruendosa sorpresa, lágrimas de emoción de los que peinan canas y vieron la última inauguración en la década del ’60, al recibir el estreno de las nuevas torres.

Al ritmo de las luces y bien despierto salió Estudiantes al campo de juego. Sólo 46 segundos bastaron para que se adelante en el marcador ante un Platense anonadado. Terrible remate de media distancia de Arismendi, quien capitalizó la pelota tras un robo en la salida “calamar” y clavó un fierrazo que se metió luego de pegar en ambos palos del arco.

El gol trajo tranquilidad y soltura en los once “celestes”. El mediocampo fue dueño y señor del juego con la sociedad Bottino – Cabrera, sumado a la presencia de Ortigoza, que no desentonó y se acopló rápidamente al andamiaje.

Los conductores de Estudiantes supieron manejar los hilos futbolísticos del partido y descargar sus ideas sobre las bandas. Arismendi – Suárez por izquierda y Cainelli – Benavídez por derecha fueron los aviones que lastimaron al “calamar” por los costados.

La materialización del buen funcionamiento la concretó el paraguayo Ferreira con dos goles de cabeza. Contrataques letales, pases al vacío de Ortigoza y Cabrera y los sendos centros de Arismendi y Suárez decretaron el 3-0 en la primera etapa. Estudiantes brillaba y la gente se fundía en aplausos.

El complemento no varió en funcionamientos de uno y otro, pero sí en eficacia. Dos errores de Peralta pusieron en vilo el resultado.

En primera instancia el “Chupa” descolgó un pelotazo largo y cuando quiso apretar el fútbol contra el piso la perdió y le dejó el descuento servido al “Bicho” Rossi. Iban 5’ del segundo tiempo.

Trece minutos después, el mojado césped del “Candini” le jugó una mala pasada al “1” de Estudiantes, quien se tiró para controlar la pelota y se llevó puesto a Susvielles. Bocca pitó penal y el mismo “10” de Platense cambió la pena máximo por gol.

Estudiantes no sintió el golpe, los goles fueron accidentes y quedó demostrado en las siguientes acciones.

Un cabezazo de Suárez, un remate de Cabrera luego del desborde de Ferreira y Cainelli de aire exigiendo a la volada de De Olivera demostraron que el “león” estaba más despierto que nunca.

Quedaron dos chances clarísimas para Platense y lugar para reivindicación de Peralta. El arquero de Estudiantes volvió a traer tranquilidad bajo los tres palos con dos voladas espectaculares y privándoles a Lamberti el empate.

El gran rendimiento de Estudiantes “obligó” a Vázquez a no mover piezas. El DT realizó las tres modificaciones sobre los instantes finales del partido apostando más a la ovación de los salientes que al cambio en el andamiaje.

Salieron Ortigoza, Arismendi y Ferreira e ingresaron Beraldi, Cuello y  Reynoso para jugar los últimos cuatro/cinco minutos del duelo ante el “calamar”.

Ganó Estudiantes y ya no es novedad. El equipo se afianza en su andar y marcha con hambre de querer más. La esencia sigue siendo la misma. Esta vez, estando bien arriba en la Zona A de Primera Nacional.

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Foto Al Toque / Estudiantes
Redacción Al Toque