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Fútbol - Torneo Argentino A

23-08-2009 18:54

Crónica de una mañana maipucina

Por Franco Evaristi.

El sol aún no podía con la inmensidad de las cordilleras. La claridad predominaba y el cielo arrojaba indicios de un buen día. Pero los destellos se hacían esperar.

La calle principal (San Martín) que conduce a la plaza central del departamento de Maipú lucía desolada. El reloj marcaba las 8.05. Alguna vecina entrada en edad ensaya un barrido exhaustivo de alguna vereda que no lo requería. El diario UNO y Los Andes eran ofrecido en cada esquina por los madrugadores de siempre. Sus portadas reflejan la preocupación por flagelos que no son patrimonio exclusivo de Mendoza: la inseguridad y los accidentes de tránsito. Los vaivenes políticos, económicos y los ecos del triunfo de Godoy y la derrota de Independiente Rivadavia tampoco faltan.

El reloj de flores emplazado en el punto neurálgico del departamento indicaba las nueve menos veinticinco. Mientras más uno se acerca a la calle Vergara puede comprobar  cómo la fisonomía de soledad y desolación comienza trocar paulatinamente. Por calle Belgrano asoman tímidamente debajo de los abrigos mañaneros las tonalidades “celestes”. Por 20 junio el “tricolor” (negro, rojo y blanco) impera. Los más tempraneros y despiertos se animan a ensayar algún cántico; los trasnochados sólo acompañan con gestos de adhesión.

Los operarios de la transmisión televisiva (algo inédito para un partido de Maipú) despliegan su arsenal tecnológico ante la atónita mirada de propios (hinchas) y extraños (transeúntes). La expectación por el partido y el circo del entorno es muy notoria. Aunque no se manifiesta en la cantidad de público, sí en sus manifestaciones.

Pasan los minutos y el sol se hace presente por encima de la cordillera, templa la mañana y se refleja en el hilo de agua que pasa por las acequias que surcan el territorio bendito del buen vino.

Se aproxima la hora del debut. La transmisión de Al Toque ya está en marcha con la contextualización del juego en el que el “celeste” retorna al Argentino, después de mucho tiempo.

Los componentes del plantel de Estudiantes destilan energía en los movimientos precompetitivos. Pasan los minutos, se acerca la hora. El productor de América 24, encargado de llevar la transmisión del partido a todo el país, se acerca al vestuario neutral y le informa al cuarto árbitro que el tiempo muerto se acabó. Es tiempo de la acción.  La popular “tricolor” luce un colorido fabuloso, aunque no tan poblada como se podía imaginar. La platea “celeste” empieza a tomar forma con los primeros en ingresar al estadio. El rating empieza a subir en Río Cuarto y en los 12 distritos del departamento Maipú. Silbato del sanjuanino Lemos, es tiempo de jugar. Rueda la pelota, ilusiones en marcha. Luz, cámara, acción…

Redacción Al Toque