En el marco de los festejos por el 66° aniversario, el ex “lechuza” recordó su paso por el club. Los viajes por la provincia, la diferencia con el rugby italiano y el lamento por haberse perdido el título 2019 como jugador: “Espero volver y sacarme esa espina”.
En Al Toque Deportes continuamos con la semana “lechuza”, en conmemoración al aniversario n° 66 de Uru Cure Rugby Club. En esta oportunidad, quien tomó la palabra fue Diego Galetto, ex segunda línea del club con un paso destacado y perteneciente a la gran “camada del 92” junto a otros forwards que asomaron desde las juveniles. Actualmente, Galetto se desempeña en el Petrarca Rugby Club de la máxima categoría del rugby italiano.
Al igual que otros protagonistas, Galetto destacó el sentido de pertenencia “lechuza”: “Es difícil explicarlo si no fuiste parte. Es toda una vida en el club, estas pendiente de que se haga la hora para ir a entrenar y estar con tus amigos. Es un lazo que vas atando, hasta formar una soga que es muy fuerte”, expresó.
- ¿Qué es lo que más extraña de Uru?
- Todo. Es difícil decir una sola cosa. El día a día con los chicos, los viajes mientras jugábamos el Torneo de Córdoba. Era algo que disfrutábamos mucho, a diferencia de los equipos de Córdoba capital que no les gusta salir mucho. Hasta el día de hoy me siento parte del club y lo voy a sentir toda mi vida. Jugar con amigos es distinto, eso es lo lindo del rugby amateur. Cuando perdés, lo sentís más, pero cuando ganás lo disfrutas muchísmo.
- ¿El público de la “lechuza” es distinto al italiano?
- Diría que son bastante similares. La hinchada de Uru es muy especial, es eufórica. Todos los clubes saben que cuando van a jugar a Soles del Oeste el ambiente es hostil, y eso a nosotros como jugadores nos encanta. Acá, el rugby italiano es muy parecido. Los “tifosos” (como llaman al público) son muy fanáticos de sus clubes. Acompañan a todos los partidos, de local o visitante. Una vez nos tocó jugar en Roma, que son más o menos 6 horas de viaje desde acá, y el público que llevamos fue impresionante.
- ¿Quedó un sinsabor por no haber participado del título del Torneo de Córdoba 2019?
- Obviamente me hubiese gustado estar, sin dudas. De todas maneras lo disfruté, y quizás mucho más. Ese día hice un ritual tranquilo en mi casa, comimos una picada y vimos el partido. Ya sabía cómo iba a terminar, que los chicos los iban a pasar por arriba. Lo importante era ganar el título, que por fin se dio. Sabíamos que tarde o temprano iba a suceder. Ese grupo hizo un esfuerzo muy grande, pasó por dos finales perdidas, una de local que fue muy dura. De todo se aprende, esas malas experiencias le dieron a los chicos la templanza necesaria. Si haces las cosas bien durante esos 80 minutos, probablemente te lleves el trinufo, y hacerle 40 puntos a Córdoba Athletic, que es un rival durísimo, en una final, no es fácil de hacer. Demostraron durante todo el año que estaban a la altura. Ojalá el día que vuelva, me pueda sacar esa espina.
- Entonces pensás volver como jugador al club…
- El día que regrese sí o sí voy a jugar. Siempre fui de plantearme objetivos y expectativas a corto plazo. Ahora estoy muy bien en Italia, contentos con mi pareja y con el club. Solamente tengo palabras de agradecimiento. Pero el día que vuelva, lo haré como jugador.
Experiencia europea
En 2013, con solo 20 años, Galetto incursionó por el rugby francés en el Burdeos de la cuarta división. Luego de volver a Uru Cure, emigró a principios de 2019 hacia el Petrarca de la ciudad de Padua, en Italia.
- ¿Qué diferencias destaca entre el rugby italiano y el argentino?
- El hecho de que en Italia sea profesional lo hace diferente. Nosotros entrenamos todos los días doble turno, excepto los miércoles que es nuestro día de descanso. Por lo general se juega sábado o domingo. Se corre muchísimo, el impacto es más fuerte, hay mucho más tiempo de juego neto. Están todos muy entrenados. Se estudia muchísimo a comparación del rugby nacional, que también estudia, pero acá vemos videos todos los días de los rivales. Se está haciendo cada vez más profesional y se nota. El rugby italiano va hacia un muy buen nivel.
- ¿Y con su paso anterior por Francia?
- Ahí fue más que todo una experiencia de vida. Era un club semi-profesional. Yo tenía 20 años cuando me fui y la pasé bárbaro, aprendí muchas cosas. Entendí mejor el juego, entendí que para este deporte si no estás entrenado no podés hacerlo bien. Me cambió la cabeza para todo lo que siguió desde 2013 hasta acá.
- ¿Cómo evalúa su momento deportivo actual?
- Estoy mucho más consolidado. El idioma lo manejo bien, que a veces puede ser una barrera. Estoy con mucha confianza con el cuerpo técnico, jugué todos los partidos de la temporada menos uno por tema de cupo de extranjero. Acá pueden jugar como máximo cuatro, y somos cinco en el plantel. Más allá de eso, el resto los disputé todos y como titular. Estoy contento, acoplado al equipo y con buenas devoluciones de los entrenadores. Renové por un año más y espero quedarme el mayor tiempo posible acá.
Coronavirus en Italia
Uno de los países más asediados por la pandemia de coronavirus es Italia. Galetto vive en Padua, una ciudad de aproximadamente 210 mil habitantes al norte del país, ubicada en la región del Véneto. Ésta, junto a la de Lombardía, son el centro de contagio más fuerte del país itálico.
- ¿Cómo está viviendo la situación de pandemia?
- Es todo muy raro. Ahora, el mundo entero se dio cuenta de la gravedad del asunto. Estamos encerrados hace más de 30 días, pero por suerte vivo en un complejo que tiene patio compartido. Puedo moverme y entrenar ahí. Solo salgo una vez cada dos semanas para hacer compras.
- ¿El club preparó planes de entrenamiento?
- Sí, todos los lunes recibimos las instrucciones de los preparadores físicos. Contemplan diferentes modalidades de acuerdo a los recursos de espacio con los que dispone cada uno. Tengo varios compañeros que viven como en una especie de granjas, por lo que tienen más libertades en ese sentido. Está muy personalizado. Al principio fue difícil, pero ahora ya estamos acostumbrados.
- ¿Cómo toma este contexto la comunidad de Padua?
- No se ve mucho movimiento. Vivo en una avenida principal de la ciudad, en la que normalmente hay autos todo el tiempo. Este lugar fue una de las primeras zonas rojas del coronavirus en Italia. Estamos pegados a Venecia, que por su carácter turístico tuvo un pico de contagios muy grande al principio. Por suerte, ahora solo se ven pocas personas, que salen a hacer compras o que tienen que trabajar sí o sí.
Fotos: Archivo Al Toque / Gentileza Diego Galetto
Redacción Al Toque