El entrenador de Ateneo Vecinos marca a fuego su identificación con el “tatengue”. Allí surgió como jugador, fue dirigido por su papá Carlos y consiguió un ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino. “Tengo una carga emotiva muy grande hacia el club y siempre estoy al tanto de lo que pasa en su vida”, indicó el DT.
El Club Atlético Unión de Santa Fe cumple 113 años de vida este miércoles 15 de Abril. Nacido tras la división de otro equipo, un grupo amigos terminó armando el Club United que finalmente fue rebautizado como Unión Football Club que tuvo a campeones del mundo como Leopoldo Luque y Nery Pumpido entre sus jugadores destacados.
En 1912, en sintonía con el crecimiento del deporte en toda la Argentina, lo castellanizaron y pasó a llamarse como se lo conoce hoy en día.
En la rica historia de uno de los clubes más grandes de Santa Fe y el interior del país se escribió una página con el apellido Trullet. Carlos y Lautaro (actual entrenador de Ateneo Vecinos) marcaron a fuego su sello futbolístico en la institución.
Lautaro Trullet (6/12/1976) debutó en el “tatengue” en la temporada de 1995 en la B Nacional. Cuando los destinos del equipo eran conducidos por su papá. Una temporada después, ambos consiguieron el ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino.
El ex lateral santafecino pasó a Newells Old Boys de Rosario en el ’97, donde estuvo una temporada y luego retornó a Unión, y ya en los inicios del Siglo XXI comenzó un recorrido por grandes clubes del interior y del conurbano bonaerense.
Dentro de su trayectoria, Lautaro Trullet fue parte del Quilmes de Gustavo Alfaro, que subió de categoría y a los seis meses jugó Copa Libertadores. Además, dejó un gran recuerdo en Instituto de Córdoba, donde también tuvo dos etapas.
Trullet supo vestir las camisetas de Talleres de Córdoba, Chacarita, Ferro y luego en 2011 se retiró en Atlético Rafaela. Fue dirigido en Unión y en el “Verde” de Caballito por Carlos, su padre.
A los 35 años comenzó su carrera como estratega al sumarse al cuerpo técnico de su papá y tomó experiencia en Ferro y Sportivo Belgrano de San Francisco, mientras que fue entrenador de Ben Hur de Rafaela,2 Alumni de Villa María y San Lorenzo de Las Perdices.
Actualmente se encuentra conduciendo los destinos de Ateneo Vecinos de General Cabrera, donde va por su segunda temporada consecutiva al frente “tricolor”.
¿Qué recuerdos tiene de Unión? En el día de su cumpleaños
Con Unión es donde me siento identificado. El 60% de las alegrías las tuve ahí, ascenso, un gol en el clásico. Tengo una carga emotiva muy grande hacia el club y siempre estoy al tanto de lo que pasa en su vida. El apellido Trullet en Santa Fe está identificado con Unión. Mi viejo fue jugador, DT, ayudante de campo, asesor, estuvo en más de seis ciclos.
Unión abrió las puertas a una dilatada trayectoria. ¿Con qué otro momento se queda?
Es difícil quedarme con un año bueno. En Unión ascendí, en Instituto de Córdoba tuve un gran paso, en Quilmes me tocó pelear por el ascenso y después me sumé para jugar la Copa Libertadores. Me queda el sabor amargo de mi paso por Chacarita, jugué un año y me fui con la sensación de que podía haberlo hecho un tiempo más. Quizá en Talleres es donde no me fue como lo esperaba.
¿Quilmes es otro de los clubes de estrecho vínculo?
En Quilmes estuve en la B y fui participe de los dos ascensos que se nos escaparon a lo último. Me fui a Instituto y ellos ascienden. Cuando van a jugar la Libertadores me llaman nuevamente. En Quilmes sumé más de 100 partidos, es otro de los clubes que me siento muy identificado. El plantel que logró la clasificación a la Libertadores estaba formado con muy bajo presupuesto, éramos todos jugadores del ascenso y salimos terceros en Primera División, quizá esa clasificación a la Copa nos impactó un poco.
¿Otra gran relación es la que mantiene con su padre Carlos?
Hemos podido compartir plantel en varios lados. Si bien ya lo conocía a mi viejo de haberlo tenido como técnico, aprendí mucho siendo su ayudante. Cuando estuve en sus equipos los dos supimos separar la relación y yo ponerme del lado de los jugadores. Si había alguien que mi viejo le exigía era a mí, para él siempre fui uno más.
¿Por qué dirigir en Liga de Río Cuarto?
Me instalé en Villa María por mi señora, es una ciudad que me encanta. Lo vislumbré como una base para arrancar solo y ya sume experiencias en Alumni, San Lorenzo de Las Perdices y ahora en Ateneo. Si bien conocía a algunos equipos, me sorprendió para bien la Liga de Río Cuarto.
¿Sueña con un salto tal como lo hizo como jugador?
Anhelo pegar el salto en algún momento, pero sé que el cupo de DT’s es limitado. Por el momento me mantengo acá, hay muchísimos técnicos que han hecho lo mismo y han arrancado así.
¿Cómo es la actualidad de Ateneo y qué balance hizo de la pretemporada?
Nos tomó todo de sorpresa (la cuarentena obligatoria). Justo habíamos terminado de jugar el cuadrangular en Deheza y el viernes que se decretó la cuarentena hubiéramos jugado otro amistoso en Río Cuarto. El profe pasa los trabajos diarios por WhatsApp y los jugadores se adaptan a los espacios de sus hogares.
Me quedé muy conforme con los amistosos. Tenemos un plantel amplio y le pudimos dar minutos a todos, fuimos competitivos en todos los partidos, aunque este parate te obliga a empezar de cero.
Gráfico Al Toque
Redacción Al Toque