Ayer falleció Carlos Alaniz. El futbolista sampachense tenía 57 años y se destacó en los campos de juego por su habilidad en Atlético Sampacho, San Lorenzo de Bulnes, Toro Club de Coronel Moldes y Centro Cultural Alberdi. Con el “milrayitas” obtuvo el ascenso de 1985, mientras que con el “azulgrana” moldense gritó campeón en 1990 y 1991.
Cuando parte una persona siempre queda una imagen para atesorar. La repentina partida de Carlos Alaniz provocó gran pesar en el ambiente futbolero de Sampacho y región. A los 57 años, “Carloncho” –como lo apodaban- voló melena al viento rumbo a la eternidad. El sampachense será recordado por su notable habilidad con la línea lateral como cómplice de grandes jugadas.
Sus primeros pasos se remontan a los inicios de la década del ’80 en su Sampacho natal. En 1984 integró las filas de Atlético que militó en la Primera B de la Liga Regional. La formación habitual de aquellos años era con Avanzini (Romano); Basualdo, Blasón, Eber Brol, Trentini; Miguel Pereyra, Bértoli, Alaniz; Mario Pereyra, Cruceño y Casteletta. En la temporada siguiente, el “milrayitas” logró el salto de categoría a la máxima divisional que vivió una campaña atípica con la consagración de Alianza de Villa Mercedes –equipo invitado-. Los componentes del logro sampachense eran: Aldo Alaniz, Pedro Boriani, Jorge López, Díaz, Eber Brol, Alejandro Bertuzzi, Ricardo Cruceño, Blason, Nicolás Rosales, Romano, Roberto Brol, Hugo Vicario, Juan Carlos Fernández, Miguel Pereyra, Jorge Linardi, Juan Carlos Bessoppianetto, Pereyra, Escudero, Daniel Castelletta, Carlos Alaniz, Bértoli, Lacombe y Ledesma.
“Gran persona, excelente jugador, uno de los mejores jugadores de Atlético Sampacho en los años ‘80, habilidad, toque y definición... el ‘Gran Capitán’ fue Campeón con el ‘Milrayitas’ en 1985.” (Pablo Jaubelt, periodista de Sampacho).
El paso de los años puso a Alaniz sobre una ruta que conduciría al éxito. En 1988 pasó a vestir los colores de San Lorenzo de Bulnes en Primera División A. La escuadra conducida por José Minardi formaba con Sansón; Garelli, Blasón, D’ Andrea, Walter Minardi; Peiretti, Palacios, Pereyra; Alaniz, Fabián Ladousse y Alfonso. El “Tuti” Ladousse fue el goleador del Torneo Oficial y emigró al Toro Club dirigido por José Sebastián Echeverría.
Alaniz continuó en el “azulgrana” bulnense y logró destacarse en la magra campaña de 1989 al ser el máximo artillero del equipo con 4 goles. El habitual once inicial de la dupla Perna-Boggino era: Gribaudo; Budín, Boggino, D’Andrea, Fretes; Gribaudo, Montiel, Alaniz; Minardi, Zanotti y Vega. La despedida de “Carloncho” del club bulnense fue con una dura goleada 0-8 ante el campeón Estudiantes, en Río Cuarto y por la última fecha del certamen. El dato de color es que San Lorenzo fue el único elenco en batir al “celeste” en sus 20 presentaciones.
El destino topó en Coronel Moldes y rápidamente se metió en la historia de Toro Club. En su primer año, 1990, los dirigidos por Juan José Irigoyen se alzaron con el título al derrotar 2-1 a Estudiantes por la vigésima jornada. Seferino Flores adelantó al “celeste”, mientras que dos goles de Ladousse le dieron el triunfo al cuadro moldense. Aquel 2 de septiembre, el “azulgrana” salió a la cancha: Walter Garro; Luis Cruceño, Valdez, Carlos Bravi, Pablo Carrizo; Carignano, Sergio Bravi, Carlos Alaniz; Silvio Garro, Fabián Ladousse y Antonio Quiroga. DT Juan José Irigoyen.
Toro Club fue campeón con 28 puntos, producto de 9 victorias, 10 empates y 1 derrota (con 27 goles a favor y 16 en contra). Belgrano de Vicuña Mackenna y Talleres de Las Acequias –ambos con 26 unidades- ocuparon el podio.
En año siguiente Alaniz volvió a gritar campeón con Toro Club. El 3 de septiembre de 1991 los conducidos por Norberto Carrizo se consagraron al vencer 2-1 a Atenas en el estadio “9 de Julio” por la penúltima fecha del Torneo Oficial. Ése día, el cuadro de Coronel Moldes alistó con: Walter Garro; Fernández, Valdez, Guzmán, Pablo Carrizo; Cruceño, Pereyra, Alaniz; Silvio Garro, Giordano y Borgognone. En el último capítulo del certamen el “azulgrana” derrotó 2-1 a Acción Juvenil de General Deheza para redondear una campaña de 30 puntos, gracias a 12 triunfos, 6 igualdades y 2 traspiés (con 49 goles a favor y 18 en contra).
En 1992 Toro Club perdió protagonismo y finalizó sexto en el torneo que quedó de forma invicta en manos de Estudiantes. El “azulgrana” (dirigido por Alberto Crespo) registró 19 puntos, producto de 6 halagos, 7 empates y 7 caídas en 20 presentaciones (con 20 goles a favor y 19 en contra). La habitual alineación era: Walter Garro; Cruceño, Valdez, Ruttia, Fernández; Bravi, Carignano, Alaniz; Zdero, Giordano y Borgognone.
En septiembre de ese año, Carlos Alaniz pasó a reforzar las filas de Centro Cultural Alberdi con vistas al Torneo Provincial “Antonio Candini”. El “mercedario” culminó último en el Grupo 2 que tuvo a Sportivo Belgrano de San Francisco, Argentino Peñarol de Córdoba –ambos clasificaron a cuartos de final- y Fitz Simon de Río Tercero. El entrenador era David Bustos y la formación base estaba compuesta por: Ferrari; Alzuri, Massó, Massi, Boccolini; Alaniz, Cáceres, Peralta; Crippa, Quinteros y Urquiza.
“Siempre será el ‘Carloncho’, el jugador que se ganó un nombre en el fútbol. Sin placa. Pero, con el altar invisible que el tipo de fútbol eleva y ubica a las figuras, allá en lo más alto.” (Mariano Chejovich, periodista de Sampacho).
En 1993 volvió a su origen futbolístico para jugar en Atlético Sampacho durante una temporada en la divisional de ascenso. Al año siguiente se integró nuevamente a Toro Club para ser testigo del advenimiento de una generación de futbolistas que conquistarían los títulos de 1997 y 2001. Las últimas apariciones en el fútbol oficial de Alaniz se retrotraen a 1995 en donde fue parte de la breve Alianza Toro-Belgrano de 1995: Walter Garro; Fernández, Giordanino, Cabral, Ángel; Cruceño, Carignano, Nicolay; Alaniz, Borgognone y Arnijas. El entrenador era Miguel Ángel Ayala.
Las reseñas y comentarios de personas allegadas en redes sociales ponderan a Carlos Alaniz por su virtuoso juego, remarcan su bajo perfil y admiran sus dotes de buena persona. Suficientes cualidades para trascender en paz por los tiempos con la melena al viento, tal cual lo hacía en la cancha de fútbol.
Fuentes: FM Identidad (Sampacho), Pablo Jaubelt, De Partida (Coronel Moldes), Centro de Documentación Al Toque (CEDAT).
Gráfico: Al Toque
Redacción Al Toque