Líricos | El jogo bonito, las gambetas, las rabonas, el tirar un caño por ahí, el taco, un golazo de chilena. El juego se torna cada vez más físico, pero todavía quedan esos y esas futbolistas líricos, que tratan a la redonda con amor, la acarician… esos que hacen del fútbol un hermoso arte y a los amantes del fútbol nos hacen brillar los ojos.

Líricos | Primer capítulo | La Rabona

La Rabona, un arte dentro del fútbol. Este arte de pegarle a la pelota atravesando la pierna hábil por detrás de la inhábil. Ese arte de haber transformado un defecto en una hermosa virtud. El defecto de no manejar hábilmente las dos piernas para pegarle a la pelota, convertido en la virtud de tener la destreza de hacer este gesto técnico. Un arte para unos pocos. Pero un juego para muchos, porque todos los que amamos la redonda lo hemos hecho o intentado hacer varias veces.

¿Cómo fue que nació? ¿Por qué el nombre de rabona?

Para responder a esas dos preguntas no tenemos que ir hasta el año 1948, a un partido entre Estudiantes de La Plata y Rosario Central, a una jugada especifica que pasó a la eternidad.

Así relata el portal Ser Argentino esa jugada tan peculiar de Ricardo Infante, reconocido por la FIFA como el inventor de la rabona:

“Muchas veces me pregunté cuál era la relación entre “hacerse la rabona” (para quienes no conozcan el término por cuestiones geográficas o etarias, aclaro que significa “faltar al colegio sin avisarle a los padres”) y la jugada de fútbol. La curiosidad se lleva muy bien con Google, así que encontré la respuesta…

El inicio de todo

Jugada de peligro para Estudiantes, patea uno al arco (muchos afirman que fue Julio “El loco” Gagliardo) y da en el palo. Como había sacado flor de bombazo, la pelota rebota muy fuerte y muy rápido, tanto que sale del área sin que la toque ningún jugador de ninguno de los dos equipos. Le cae a Ricardo Infante. Está incómodo, además de venir muy rápido, pica mal. Queda desacomodado, con la pelota más cerca de la pierna inhábil. Está afuera del área, no quiere patear con esa porque tiene miedo de tirarla a la tribuna. En una décima de segundo, como pasan estas cosas, grita ¡Eureka! (lo piensa, claro, no lo grita, tan loco no estaba) y toma la decisión más importante de su vida como deportista: cruza su pierna derecha por atrás de la zurda y le mete un puntinazo. La pelota, como en cámara lenta, se eleva. Empieza a bajar, va perdiendo fuerza. Los defensores ni atinan a saltar por lo inesperado de la jugada, que también confunde al arquero. Se mete al lado del palo derecho. Además de meter un golazo inolvidable, acaba de inventar una jugada.

Las repercusiones

Al día siguiente, la revista El Gráfico publica en tapa una caricatura de Infante, que juega con su apellido y lo muestra vestido de alumno de escuela primaria. Agregan el titular “El Infante que se hizo la rabona”. La jugada ya tenía nombre.”

Ricardo Infante pasó a la historia después de ese puntinazo. La Rabona había nacido para no morir nunca más. Porque Infante dejó de jugar, pero su creación tuvo, tiene y seguirá teniendo hacedores. A la mente de los argentinos se nos puede venir recientemente Ángel Di María tirando un centro o Marcos Rojo despejando de rabona en el Mundial de Brasil 2014.

-Ricardo Infante con la camiseta de Estudiantes de La Plata- 

Lo cierto es que mucho antes, en la década del 70, la Rabona tuvo su primera aparición en televisión. Ya quería más fama. Fue en los pies del italiano Giovani Roccotelli, jugador del Ascoli. “Roccotelli è stato il maestro italiano della rabona, magia per pochi” (traducción: Roccotelli era el maestro italiano de la rabona, magia para unos pocos), relata el sitio web Storie Di Calcio.

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“Roccotelli è stato il maestro italiano della rabona, magia per pochi”

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 -Giovani Roccotelli tirando una rabona jugando para Ascoli-

Muchos y muchas hacedoras a lo largo de todos los estadios, canchas y potreros del mundo. Pero nos vamos a quedar con dos: Claudio “Bichi” Borghi y de nuestro fútbol regional con Alejandro “Colo” Cabrera.

-El "Bichi" Borghi y su especialidad- 

Claudio “Bichi” Borghi nació el 28 de septiembre de 1964 en Castelar, Buenos Aires. Considerado en las inferiores de Argentinos Juniors como el sucesor de Diego Armando Maradona. A pesar de no haber explotado su potencial de crack -muchos dicen que por ser medio vago-, fue el Rey de la Rabona. “Bichi” tiraba tres rabonas promedio por partido. No sabía pegarle con la zurda entonces usaba ese recurso, que encima le salía de maravillas. No fue el inventor, pero si el único que metía esa cantidad en un sólo partido, y además eran útiles y efectivas para compensar su falta de habilidad con la zurda.

Cómo jugador pasó por 15 clubes y alzó 7 títulos. Se destacan Copa Libertadores con Argentinos Juniors (1985) y Copa del Mundo con Argentina (1986)
Cómo técnico estuvo en 6 clubes y fue entrenador también de la Selección de Chile (2011-12) y ganó 5 copas. Fue elegido Mejor Técnico de América con Colo Colo (2006)

-Cabrera, símbolo de Estudiantes en la actualidad- 

Alejandro “Colo” Cabrera nació el 30 de septiembre de 1992 en Los Cóndores, Córdoba. Surgido en Argentino Colonial de Los Cóndores, pasó por las inferiores de Talleres de Córdoba y Deportivo Atalaya de Córdoba. Jugó en la primera de Argentino Colonial, Lautaro Roncedo de Alcira Gigena y Asociación Atlética Estudiantes.

En la foto que ilustra la nota se lo ve tirando una rabona con la casaca de Lautaro Roncedo. En el Torneo Federal C de la temporada 2016, jugando para el “doctor”, tiró una muy recordaba ante Juventud Unida de Río Cuarto. La rabona del “Colo” fue asistencia para el gol.

Hoy el “Colo” tira más rabonas y mucha magia con la remera “celeste” de Avenida España. Es el lírico, el distinto de Estudiantes, pieza clave para el histórico ascenso a Primera Nacional en 2019.

Con Lautaro Roncedo fue campeón del Torneo Clausura de la Liga Regional de Río Cuarto en 2012. Con Estudiantes logró el ascenso del Torneo Federal B al A y luego a la Primera Nacional.

Gráfico: Al Toque

Fuente: serargentino.com / storiedicalcio.altervista.org / agenciapacourondo.com.ar

Redacción Al Toque