Cuando era una pequeña niña con sueños destinados al oriente, Julieta Mancilla comenzó a practicar karate. Desde los ocho años, la riocuartense participó de torneos organizados dentro de su escuela de karate que no eran federados. Con el tiempo, la importancia y la formalidad de su carrera cobraron nuevos rumbos.

El punto de destino es Japón, pero la referencia tiene que estar mucho más cerca para una karateca del “Imperio”. La importancia de tener un ejemplo a seguir es destacada por Mancilla, no solo en cuanto a lo deportivo, sino en lo que respecta a lo tradicional de las artes marciales.

- ¿Cuál es la importancia de tener referentes en el deporte?

- A nivel deportivo y competitivo, siempre lo vi desde mi lugar. Vengo de una familia con pocos recursos económicos, y es algo muy importante para saber que las cosas se pueden hacer aunque parezca que es difícil. El referente es un ejemplo a seguir, es importante que exista para no ver al deporte de una manera tan lejana. No es lo mismo tener un referente campeón del mundo en Japón que de tu propio país o de tu ciudad. Ahí pensás “yo también puedo estar ahí”, o cualquier niño o niña.

- En el karate, ¿cómo incide tener una referencia en cuanto a la tradición que representa?

- La parte deportiva del karate es bastante nueva, pero la parte tradicional es la más importante y es mucho más compleja. También es importante tener referentes ahí. Desde mi escuela tengo el referente que es mi profesor, pero tenemos nuestro sensei en Córdoba que se encarga de toda la Argentina y nuestro sensei en Okinawa, Japón. En cada parte de tu ciudad, tu provincia o a nivel mundial siempre hay referentes que van dejando los parámetros a seguir y manteniendo una escuela que en el karate no tiene que ver solo con los logros deportivo, sino también con los valores: lo que se denomina “hitotsu”, el respeto y la honestidad, que para un referente del karate es importante mantener.

- ¿Cómo influyeron en su vida esos valores aprendidos en el karate?

- Creo que cuando comenzás un arte marcial desde muy chico, se forma mucho el carácter de una persona. El respeto se tiene en cuenta todo el tiempo, igual que las cosas claras y honestas. En medio de esta pandemia, me di cuenta que la constancia es importante junto con otra cosa que se habla mucho en el karate, mantener el espíritu fuerte. Me parece que forma parte de la construcción de la personalidad de manera inconsciente, y que cualquier referente no solamente tiene que ser un buen competidor, sino que debe demostrar de palabra todos estos principios. Uno elige si seguirlos o no pero se hacen parte. La persona que practica arte marcial tiene otras herramientas para enfrentar esto en la vida.

- En este sentido, ¿cuán importante es la función social en las artes marciales?

- Todo tiene que ver desde la persona que te lo enseña. Desde la mía, en los 16 años que practico, siempre fue lo primordial eso y después venía lo competitivo. En mi dojo somos muy pocos los que competimos. Los demás lo hacen como un estilo de vida y esa función social es lo principal. Yo me estoy por recibir de trabajadora social y es algo que relaciono constantemente.

- ¿Cómo relaciona la carrera universitaria con el karate?

- Es un tanto complejo de relacionar. El karate busca alejarse de lo político y esas cuestiones y unirse desde el sentimiento hacia el deporte. La carrera de Trabajo Social es mucho más política, pero creo que tiene mucho de los valores que se pueden aplicar y es en parte una proyección de vida. No estrictamente desde lo profesional, sino de quién ser, cómo ser, conocer al otro y no juzgarlo.

El karate en la ciudad

Mancilla se desempeña como deportista federada a nivel nacional de karate. Además, da clases en una escuela y en un club. Desde su experiencia, cuenta cómo ve a la gente que se acerca al deporte y el estado actual del karate en la ciudad.

- ¿Predominan los niños o los adultos en el karate local?

- En karate empieza gente grande o chica de forma indistinta. En los últimos años, en la dinámica de nuestro dojo, empezaron muchísimas personas grandes. Una se hace amiga y ellos te cuentan que les cambia la vida, pero no desde la parte deportiva. Se la cambia desde el bienestar físico, un espacio que encuentran como un cable a tierra y de formación de la la fortaleza mental. Lo puede comenzar cualquier persona, pero para lo deportivo obviamente es mejor empezar de chico para incorporar cosas que de grande es más difícil.

- ¿Cómo evalúa el estado del karate en Río Cuarto?

- Creo que desde lo tradicional hay muchos practicantes en la ciudad. Hay varios dojos, más allá de que pertenezcan a diferentes escuelas. Luego de las clases que doy, hablando con los padres, siempre alguno te dice que practicó karate y que le gustaría volver a hacerlo. En la parte deportiva, mi escuela es la única que compite en la ciudad, y hay varios niños y jóvenes competidores. Soy la única a nivel federativo que lo está haciendo a nivel local, y en kata a nivel provincial también. Más allá de la medalla y lo que pueda venir, me gustaría transmitirle a mis alumnos que si yo pude, cualquiera puede competir, si ellos tienen ganas.

Foto: Sebastián Compan Fotografía Deportiva

Redacción Al Toque