Dejar lo que uno ama no es tarea sencilla, en ningún ámbito de la vida. En noviembre del año pasado, para Federico Ferrero estas palabras se unían a muchos aspectos de la suya: familia, amigos, trabajo. Pero, quizás de las más importantes, se encontraban dos, el básquet y Banda Norte.

Su destino se encontraba lejos de nuestra ciudad. El objetivo era Andorra, un país diminuto ubicado entre las fronteras de España y Francia. Allí fue Ferrero, junto a su compañero Pablo Pagano, a buscar nuevas experiencias en su vida: “Era algo que siempre tuve en la cabeza, me organicé y pude darme el gusto de vivirlo”, comentó.

Con la llegada de la pandemia al continente europeo, Ferrero quedó varado en Andorra: “Nos enteramos que nos quedamos sin trabajo el 13 de marzo. Todo empezaba a cerrar y no tenía pinta de que fuese a funcionar nada. El 21 compramos los pasajes para volver en un vuelo comercial con fecha del 13 de abril. Terminamos volviendo el 2 de mayo”, relató el basquetbolista sobre su odisea.

Ya asentado en Río Cuarto, después de realizar la cuarentena obligatoria en Santa Rosa de Calamuchita, Ferrero reflexionó sobre su decisión: “Me costó dejar el básquet. Había varias cosas que uno tenía que dejar, el trabajo, la facultad, la familia y los amigos, pero el básquet era una de las cosas que más me pesaba. Lo hice toda mi vida. No saber cuándo iba a volver a jugar lo tenía en cuenta. Teníamos un lindo grupo en Banda Norte y éramos todos chicos del club, entonces era triste por eso”.

Ferrero se refirió a su nombramiento como capitán en su momento: “No me lo esperaba. Intenté no ser un líder autoritario. Prefería que dentro del grupo haya amistad, compañerismo y buena onda antes de ponerme a ver si alguno erraba un tiro y decirle que vaya a entrenar”, y agregó que el grupo formado era lo que le brindaba la motivación necesaria para seguir compitiendo, sin nada extra.

El jugador del “verde” fue convocado en agosto del año pasado para participar con el Seleccionado de Córdoba del Argentino de Mayores, en Formosa: “Fue muy sorpresivo, no me lo esperaba ni cerca. Por dentro fue medio frustrante pensar que yo tenía un viaje organizado y a su vez se me daba la posibilidad de algo que no se había dado nunca, justo cuando tomé una decisión contraria al básquet”, aseguró Ferrero.

Con motivo de un nuevo aniversario del “lobo” de Parque Sarmiento, el ex capitán expresó: “Banda Norte es mi segundo hogar, le adjudico todo lo que sé como jugador y lo que me formó como persona. Me crié adentro del club”.

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Foto: Al Toque/Archivo

Redacción Al Toque