El 4 de junio de 1976 se produjo un hecho histórico en la ciudad. Carlos Monzón brindó una exhibición de boxeo ante Norberto Ruffino Cabrera en las instalaciones de Asociación Atlética Banda Norte.

El multicampeón mundial vino acompañado por su entrenador Amílcar Brusa y su pareja del momento, la diva Susana Giménez.

El histórico evento fue organizado por Alberto San Miguel, hombre relevante en el boxeo local y con grandes contactos a nivel nacional e internacional. Su hijo Carlos, quien siguió el mismo camino, recordó aquel momento vivido cuando tenía apenas 15 años.

“Monzón hace una exhibición con Ruffino Cabrera, que también era de la escudería Brusa y además era campeón argentino en la categoría mediano. Además de ellos peleaban Daniel González con Mario ‘Martillo’ Miranda”, indicó San Miguel.

Y agregó: “Monzón vino esa vez para despedirse,  porque al mes peleaba con Rodrigo Valdéz su ultima pelea. Como (Amílcar) Brusa estaba peleado con (Juan Carlos) Lectoure por los derechos de televisación, que era mucha plata, habla con mi papá para venir a Río Cuarto, un lugar neutral para que se presente Monzón. Mi viejo era un gran amigo de Brusa, pero eso le costó la relación que también tenía con Lectoure. Igual fue una gran decisión, un evento de ese tipo lo ameritaba”.

La disputa por derechos de televisación y el lugar de privilegio en el boxeo entre Amílcar Brusa y Juan Carlos Lectoure, empresario y promotor, ocasionó que Río Cuarto y Monzón se crucen.

“El Coloso de Banda Norte explotó, hubo 2500 personas en un salón que en ese momento todavía era más precario. En esa época ayudaba a mi viejo en la organización y acomodaba a la gente. En un momento no tenía más lugar para meter gente”, aseguró el manager.

Según relata el titulado del diario La Calle, el campeón mundial no defraudó en performance y recibió una ovación por parte de los presentes. En tanto, el crédito local “Polvorita” Gómez, quien hacía una exhibición con el amateur Oscar Barrios tuvo apenas fríos aplausos debido a lo demostrado.

La previa del “show” brindado por Monzón tuvo una antesala que también quedó en la historia. Viajes a Alcira Gigena a almorzar a la casa de Don Alberto San Miguel y una veloz salida hacia Las Higueras dejaron a la vista la intensa personalidad del campeón.

“Monzón iba a venir el jueves, terminó viniendo un viernes. Llegó con Susana (Giménez) después de haber visitado a Mirtha Legrand en la tele. Llegan con un Mercedes Benz de (José) ‘Cacho’ Steinberg, una máquina”, dijo Carlos San Miguel.

Y prosiguió: “Yo lo acompañé a Monzón primero a Gigena y después a Higueras. Fue la única vez que viajé a 220 kilómetros, veía pasar los palitos del alambre. Fuimos después de la pelea al aeropuerto porque él tenía que irse rápido a hacer una presencia al Luna Park el día domingo. Así que se tomó un avión después de la exhibición y ‘Cacho’ viajó en auto, más tranquilo”.

“Me acuerdo que primero no lo querían dejar pasar a Monzón en el aeropuerto. Se asoma y le dice a uno de ahí ‘Soy Carlos Monzón viejo pelotudo, se me va el avión’. Abrió apurado el hombre (risas)”.

San Miguel también recordó cómo fue ese contacto directo con el campeón mundial. El organizador de eventos pugilísticos, que en aquel momento era un adolescente, pudo estar cerca de Monzón y vivenciar su figura.

“Monzón era muy osco, muy difícil de tratar, no hablaba mucho. Pero me quedó una anécdota: Monzón quería comer chivo en Gigena. Como llegó un día después, el chivo ya era historia. Estábamos en la casa de mi mamá, que es de dos pisos, y en un momento empezamos a escuchar que Monzón gritaba ‘quiero comer chivo, quiero comer chivo’. Cuando bajó Brusa le pregunta ‘qué pasa Carlos’ y Monzón le dice que mi viejo le había prometido comer chivo. Brusa lo agarró de la oreja, lo sentó en la silla y le dijo ‘usted va a comer lo que haya’. Monzón hizo puchero y no habló más (risas)”, relató San Miguel.

Y afirmó: “Había que tener huevos para hacerle eso a Monzón, pero para él Brusa era Dios. Lo que le decía era palabra santa”.

Esa fue una de las últimas exibiciones de Monzón y que dejaría marcado a fuego su paso por Río Cuarto.

Un tiempo después, el campeón enfrentó al colombiano Rodrigo Valdez, quien lo tiró a la lona. Fueron  dos combates ante quien fue su vencedor en el Estadio Louis II de Montecarlo donde internacionales personalidades como Jean Paul Belmondo, Omar Sharif y Gerard Depardieu estuvieron presente.

Era su defensa número 14. Llevaba 7 años de campeón mundial. Le faltaba una semana para cumplir 35 años. El brutal paso por la fama, el dinero, alcohol y violencia le habían nublado su fuego interno y ya no era el mismo.

“Monzón es el número uno de todos los tiempos. Él es un boxeador de cualquier época, si lo ponés a pelear hoy también es campeón mundial. Te ganaba donde fuera, acá, en Italia, en Estados Unidos. Hay que ponerlo por lejos en el puesto uno”, opinó San Miguel.

Y sobre su desenvolvimiento fuera del deporte, cerró: “Nunca justifiqué a Monzón por lo que hizo en su vida, pero él se fue haciendo así por lo que vivió. La policía les mata a dos hermanos en un tiroteo, tuvo una infancia dura. Vivía en un barrio humilde, pasó mucha hambre. La vida le fue dibujando la personalidad, después vino todo el éxito, pero la tuvo que pasar mal”.

El 14 de febrero de 1988 Monzón asesinó a su expareja, Alicia Muñíz, hecho por el que fue juzgado y condenado a once años de prisión por homicidio, dado que, por ese entonces, no existía la caratula de femicidio.

Falleció en 1995, en un accidente automovilístico, en una salida transitoria que había obtenido en el marco de su condena.

Fuentes diario La Calle / Carlos San Miguel / CEDAT (Centro de Documentación Al Toque)
Redacción Al Toque