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Por comenzar
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Por comenzar
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Sebastián Gastón Merlo es la celebridad argentina más importante del fútbol vietnamita. Nació en Jovita, aunque hace once años que milita en Asia, lugar que considera su “nuevo hogar”. Ídolo total de Da Nang, hoy con actualidad en Nam Dinh y por siempre el “Messi” de esas tierras.
Nadie es profeta en su tierra. Es una sentencia que dijo Jesús cuando intentaba explicar la ley en la sinagoga de Nazaret al ver que sus compatriotas, en vez de aprovecharse de la ocasión que el Señor les ofrecía, le despreciaban.
Seguramente el destino con Sebastián Merlo no fue tan tajante, pero su talento supo apreciarse en Vietnam. En 2009 comenzó con esa “idea loca” de migrar al fútbol vietnamita y por once años ininterrumpidos llegó a convertirse en ídolo total.
Su primer destino fue Da Nang, donde estuvo durante una década, consiguió títulos y convirtió 146 goles. Quizá sea por esa gran cantidad de gritos, por los premios MVP y balones de oro a nivel local que lo comparan con Lionel Messi.
El ciclo en la entidad “naranja” llegó a su fin luego de diez años. El presente del oriundo de Jovita, que ya transita sus 35 años, es en el club Nam Dinh. Alejado de los primeros planos y la pelea por el título y con el objetivo claro de mantener la categoría.
También se alejó del “ruido”. Pasó de vivir en Hanói, capital de Vietnam, ciudad de unos 8 millones de habitantes (Córdoba capital tiene un millón), a asentarse en una “pequeña” ciudad de la provincia de Nam Dinh, con una densidad de población de unas 400 mil personas (Río Cuarto tiene 200 mil aproximadamente).
La espectacular postal de Hanói, el nuevo destino de Merlo en Vietnam.
En relación a la pandemia del coronavirus, Vietnam ya volvió a la normalidad. El fútbol ya tiene acción y lo hace con la presencia del público. Desde Nam Dinh y con diez horas de diferencia con nuestro país, el romperredes nacido en Jovita habló en exclusiva con Al Toque Deportes.
¿Cómo manejaron la pandemia?
Hubo un poco de miedo, por estar pegados a China pero se solucionó todo muy rápido, en dos semanas. Se hace mucho caso acá, se respetan mucho las normas de convivencia entre los ciudadanos. Eso facilitó las cosas para el Gobierno cuando puso disposiciones y restricciones. Por suerte ya hacemos vida normal gracias a lo genial que la manejaron.
¿Hubo cuarentena obligatoria?
La cuarentena estricta fue del 1 de abril al 17 más o menos, ahí no podíamos salir a ningún lado, pero en nuestro caso los jugadores, seguimos entrenando con protocolo estricto. Previamente había cerrado los ingresos desde China, en enero más o menos. Se adelantaron a lo que venía.
Al fútbol volvimos a jugar el 23 de mayo con público y con un protocolo que habilitó el 50 por ciento de los estadios. Fue súper normal la vuelta, hace más de sesenta días que Vietnam es la misma de siempre.
¿Qué le dejó Da Nang? Donde es celebridad.
Es una ciudad maravillosa, viví diez años y estuve en club que peleó siempre arriba. Después de tanto, el DT decidió no tenerme más en cuenta y es por eso que cambié el rumbo. No fue fácil salir de la ciudad porque teníamos todo organizado ahí. Sigo en contacto permanente con mis ex compañeros. Ahora me toca pelear abajo, hay muchos chicos acá, pero sabía del desafío que se venía.
¿Hay compatriotas en el fútbol de Vietnam?
Soy el único argentino, aunque ya estoy nacionalizado. Debe hacer un año o dos que no hay argentinos, pero encuentro amistades con brasileños o africanos. Aunque diría que soy muy familiero, paso mucho tiempo en casa.
¿Nacionalizado?
Sí, me nacionalicé en 2017 y tenía el sueño de jugar en la Selección. Pero lo cierto es que la Federación no acepta a los nacionalizados. Hubiese sido algo lindo, pero no me quejo de la carrera que hice.
¿Y el idioma?
Me defiendo bastante, más allá de que es muy difícil, lo entiendo. Acá se habla también inglés, en Da Nang hay mucho turismo asique se mezclan los idiomas. Mis hijos agarraron lo que le inculcamos nosotros, fueron a escuelas donde dan inglés, tienen amigos vietnamitas y se aferraron a tres idiomas. Mi hijo más chico por ahí se confunde ja ja, tiene tres años y suele decir palabras en inglés y vietnamitas juntas.
Merlo junto a su mujer Carolina y sus hijos, Cala y Blas.
Once años en el país. ¿Lo imaginaba?
No sé si imaginaba estar tantos años, imaginaba un mejor futuro, por eso decidí venir con mi señora. Vine gracias a Mauricio Giganti (Hoy DT de Estudiantes de Caseros), que estuvo jugando acá, coincidimos en La Pampa, donde charlábamos mucho en entrenamiento y me contó cosas de Vietnam.
¿Fútbol argentino sí? Fútbol argentino no?
Por lo general no, no miro por la gran diferencia horaria (10 horas). Por ahí agarro algún resumen y me simpatizo un poco por Boca, no es que sea hincha. El fútbol inglés es el que más disfruto, por horario y por como juegan. De Argentina, se guían mucho por Messi y nada más. Son muy reservados y tratan de inculcarse lo propio.
Tuvo pasos en Deportivo Motokart de Jovita, Ferro de Alvear – La Pampa. ¿No pensó en otra vuelta al país?
No se me cruzó volverme nunca. Una vez me rompí los cruzados y fui a Ferro de Pico, me acostumbré y casi me quedó en el país, pero después me mentalicé en seguir afuera y tener mejor futuro. Recibí en los últimos años ofertas de B Nacional, pero estaban muy lejos de lo económico y acá estaba progresando.
¿Con 35 años y el retiro cerca, ya mira hacia el futuro?
Mi idea es seguir ligado a este país, ya me nacionalicé, mis hijos nacieron acá. Me gustaría ser entrenador, obviamente regresaría a Argentina a visitar al resto de la familia, recargar energías, pero mi intención es seguir con esta idea loca que ya lleva 11 años.
Redacción Al Toque
Gráfico Al Toque