En este tipo de torneos tan parejo como el Argentino A cuando no se suma de visitante es imprescindible ganar en casa, hacer de su cancha un fuerte. Estudiantes venía de perder en Mendoza ante Maipú y de caer en Córdoba ante Talleres. Ya le había ganado en el estadio Ciudad de Río Cuarto a un pobre Desamparados y Alumni asomaba como un rival complicado para lograr el cometido.
El equipo de Hugo Mattea no jugó a la altura de esas necesidades. No encontró los argumentos futbolísticos para doblegar a un rival que llegó a Río Cuarto con la convicción de que podía llevarse los tres puntos. Así fue que lo atacó con criterio y lo hirió con la velocidad y poder de desequilibrio de Strada y, fundamentalmente, por la decisión de sumar mucha gente en ataque cuando la pelota era potestad "fortinera".
En el primer tiempo, Estudiantes no pudo descifrar el planteo villamariense y todo le costó más de la cuenta. En el marco de un partido muy intenso y vertiginoso, al "celeste" le costó todo porque no podía contener a los valores de ofensiva de un Alumni que mostró mejor faceta en esa etapa inicial. En ese período, José Mancinelli intervino en tres oportunidades de manera providencial para evitar la caída de la valla "celeste".
Estudiantes prácticamente no gravitó en ofensiva, siempre sus intentos terminaron en posiciones adelantados o bien en acciones incompletas por falta de precisión en los metros finales.
En el complemento, el trámite fue más luchado, sin tanto vértigo, pero con intenciones de jugar. El problema fue que Estudiantes no encontró respuestas en la zona de gestación. Fueron pocas las veces que pudo imponerse en el mediojuego como para vulnerar a un equipo bien parado. Y cuando lo hizo careció de ideas para generar peligro en el arco rival. Aimar no pudo imponerse por la banda derecha, Chiaretta alternó buenas y malas, Rodríguez apareció en cuentagotas y así Búffali y Bottino no contaron el abastecimiento indicado para tutearse con el arquero "fortinero". Centralizó demasiado el juego y le facilitó la tarea a la última línea de Alumni. Por afuera no fue profundo, sólo
Procuró sorprender Zapico por izquierda, pero no bastó como para transformarse en un argumento sólido para ilusionarse con un triunfo que quedó demasiado lejos en el camino futbolístico, más allá que matemáticamente estuvo a sólo un acierto.
Redacción Al Toque