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Desde la óptica sanluiseña

28-09-2009 11:42

A Juventud ahora "Le-va" bien en casa

Así titula Diario La República de San Luis el triunfo de la “juve” sobre Estudiantes. Los puntanos ganaron después de seis meses en su cancha. Da cuenta de que el “celeste” no inquietó a su rival a lo largo de todo su partido.
Todos abrazan a Leva, autor del tanto puntano.

No hay mal que dure cien años, ni siquiera seis meses… ni cuerpo, ni hinchada que lo resista. Ayer, después de 178 días, Juventud ganó de local: fue 1-0 ante Estudiantes de Río Cuarto, por la 7ª fecha de la Zona 3 del Argentino “A” de AFA.

Gastón Leva, a los 18 minutos del primer tiempo se encargó de pegar el grito de gol que al final del juego sintetizó el desahogo “Auriazul”.

El “Juve”, con la vuelta de Diego Luque en el arco, la presentación como titular de Adrián Arévalo en el lateral izquierdo, el retorno de Darío Medina y de Gabriel Ojeda a la defensa, y el adelantamiento de Fernando Morán a la mitad de la cancha, fue simple, efectivo y ordenado.

Después de un arranque equilibrado, el equipo de Gerardo Gómez se hizo dueño y señor de la cancha, a partir de la solidez de Ariel Quiroga como patrón del medio juego y con el cambio de ritmo que Alexander Lucero le dio a los metros finales. Así, con “Pichu” encarando por el callejón izquierdo llegó el gol: el “10” pisó el área tras dejar un par de riocuartenses en el camino, el remate cruzado ya había vencido la estirada de Mancinelli y se iba junto al parante izquierdo, hasta que apareció la pierna correctora-goleadora de Leva y fue suficiente para que la pelota descanse en el fondo del arco.

El gol le dio tranquilidad al local. Nicolás Rodríguez y Andrés Aimar, el doble enganche que propuso Hugo Matea no prosperó. Puro mérito puntano que asfixió a los volantes cordobeses. Y la defensa siempre tuvo a Uranga, el único punta, jugando de espaldas al gol.

La parte final vio Estudiantes adelantado en el campo, por lógica consecuencia de la derrota y por los frescos ingresos de Maxi López y Mugnaini.

Juventud perdió a “Bujía” Quiroga por lesión, entró Yamil Heredia; más tarde Marcelo Ferrer pisó la cancha para bajar la persiana sustentando el trabajo colectivo. Ferrer fue marcador central y Ojeda se adelantó a la par de Heredia para sujetar el crecimiento de la tarea de Pérez, el buen volante central visitante.

El ímpetu de Marcos Fernández, el constante ida y vuelta de Morán en la derecha y Carlos Lucero en la izquierda de los mediocampistas, tuvieron eco en los cuatro del fondo: Medina-Ordóñez-Ojeda-Arévalo, que no fallaron nunca. Y en el arco Luque entregó la tranquilidad a la que ya acostumbró a todos. Hasta es sobrio cuando aparecen factores externos: el estadio se paralizó cuando la pelota iba al arco y resbaló con su pie de apoyo; acto seguido recurrir a su pierna derecha para evitar el empate.

Arriba, las endiabladas corridas de Alexander Lucero; y la fortaleza, las manias y el olfato goleador de Leva para exigir siempre, aún cuando la pelota parece perdida.

Así, sin fisuras y con máxima concentración colectiva, no hace falta abundante caudal futbolístico ni permanentes llegadas al gol para imponerse.

Juventud no lo metió contra un arco a Estudiantes, pero el “Celeste” no lo inquietó en toda la noche. El “Juve” jugó con el overol, trabajó desde el minuto cero hasta el minuto noventa y cuatro que duró el juego, maniató al rival y cerró una noche extremadamente fría en cálido festejo.

La próxima consigna es ganarle a Maipú, en Mendoza, la fortaleza donde el “Botellero” hace más de 50 partidos que no cae. Esa será otra historia…

 

Fuente y Foto: Diario de La República.