Cuando dejó Cólon de Santa Fe y emprendió viaje rumbo a Ecuador no imaginó lo que vendrían después. Su arribo a Barcelona de Ecuador estaba impregnado por una ilusión superadora, ambiciosa, gloriosa. Sin embargo, el paso del tiempo, el correr del torneo mayor de aquél país, y la falta de respuestas del equipo que integró obligaron a afrontar un panorama disímil al de la expectativa inicial. Desde el vamos por el prestigio de una institución grande como Barcelona y el aporte del técnico argentino Juan Manuel Llop, más algún que otro refuerzo, el objetivo estaba centrado en procurar pulverizar la supremacía de la Liga de Quito (equipo sensación en latinoamerica). Nada de esa planificación preliminar se cumplió. Matías Oyola, el riocuartense que llegó con la ilusión de dejar su impronta en las discusiones gloriosas, tuvo que aportar su bagaje de fútbol pero para una meta no prevista: salvarse del descenso: “No era prioridad, pero no pudimos hacer pie, no encontramos equilibrios, nos costó todo mucho más y terminamos salvándonos en la última fecha del descenso”.
El volante nacido en el desaparecido club Boedo de Río Cuarto cuenta naturalmente, pues el promediar de la competencia, el no hallazgo de los resultados esperados, obligó al plantel de Barcelona de Ecuador a asumir un rol impropio para un club de tan grande. No obstante, el triunfo 2-0 sobre la Liga Deportiva Universitaria de Portoviejo aferró al “amarillo” al círculo mayor. “Esperamos que el año que viene mejore todo”, remarca Oyola que tiene contrato hasta junio 2010 con la entidad guayaquileña.
Es tiempo de Liguilla Final en el Torneo ecuatoriano, pero el riocuartense considera que el mejor equipo de todos en aquél país en la Liga de Quito: “Está dos o tres escalones por encima del resto. Lo han demostrado en la Libertadores y en el torneo local”, opina Oyola, quien comparte plantel con el argentino Hernán el “sapito” Encima, ex Rosario Central y Godoy Cruz.
De vacaciones por Río Cuarto, el mediocampista riocuartense cuyo pase pertenece a Independiente de Avellaneda, estuvo anoche –junto a su familia- observando el partido entre Estudiantes y Talleres de Córdoba, por el Argentino A. Nuevamente volvió a recorrer las calles de su tierra, ha vivenciar situaciones que distan de la vida en Guayaquil, ciudad de las iguanas. “…(risas) Todavía no podemos acostumbrarnos, mucho más mi mujer: no se lleva con las iguanas. En la ciudad hay por todos lados, incluso hay un parque en donde hay muchas y va la gente a verlas, y ahí hay un monumento a la iguana…Es más, hay en la galería del departamento en donde estamos, convivimos con las iguanas…”, narra Matías Oyola.
Redacción Al Toque