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02-09-2008 16:16

Daniel Willington: nostalgias de un grande

En dialogo con Osvaldo Wehbe, por FM Maradó, el crack de Talleres y Vélez en los ‘60 y ’70, añoró los buenos-viejos tiempos del fútbol cordobés. La actualidad, Messi, Riquelme, en los conceptos de un patrimonio c
Willington, en sus tiempos en la "T".

Pocos habrán sabido que su segundo nombre era Alberto. Todos lo conocían por su nombre de pila. Ese marca registrada que se hizo famosa en el mundo del fútbol a fuerza de su calidad incomparable. Los más memoriosos dicen que sencillamente deslumbraba; otros afirman aún hoy que no hubo otro como él. Quien lo define utilizando quizá las palabras exactas fue un referente del periodismo, Juvenal: "Era un futbolista diferente, porque quebraba la cintura con la soltura de los petisos y escondía la pelota con su físico prodigioso. Y era guapo. La carta que hacía de Vélez un equipo imbatible en El Fortín. Aunque es probable que la pegada haya sido la más llamativa de sus virtudes, porque en la década del sesenta, cuando se jugaba con una pelota anaranjada mucho más pesada que la actual, reunáa fuerza y precisión en una combinación letal al rematar. Una pegada de billar, cuando usaba su inteligencia y panorama para meter cambios de frente, al pie del lateral, o un pelotazo de 50 metros para dejárselas servida a sus goleadores preferidos: “Pichino” Carone o el Turco Wehbe".

Daniel Alberto Willington, santafesino de nacimiento, cordobés por adopción. Despertó asombro (un idilio eterno) de joven cuando jugaba en Talleres y se recibió de ídolo en el club que puso los ojos en él: Vélez Sarsfield. Allí yacen, según cuenta, los mejores recuerdos de su trayectoria como futbolista. Es que fue una figura de resonancia –al igual que Carlos Bianchi- de aquél campeón nacional de 1968. Pero fundamentalmente los recuerdos gratos de su período en Vélez tiene un nombre y apellido: José “Pepe” Amalfitani. El prócer velezano cobijó a Willington como a un hijo, sin importarle la “fama” que tenía el crack: “Era joven, me gustaba salir con mis amigos, al bowling, al billar, a la milonga”, reconoce.

Willington tenía fama de “milonguero” trasnochador. Y lo era, pero de domingo a miércoles, según reconoce. Devoto del tango, amigo de tangueros reconocidos y cantante por vocación, el santafesino apodado “cordobés” por la hinchada de Vélez (donde está inmoralizado en el corazón), peregrinaba por la vida con lirismo. Igual que en la cancha.

Esa gloria del fútbol de antes, ayer cumplió 66 años y compartió su felicidad con Osvaldo Wehbe, por Fm Maradó. Con una marcada tonada cordobesa –hace mucho tiempo está radicado en la provincia mediterránea-, recordó con nostalgia los buenos momentos del fútbol de la provincia e hizo referencia al presente del balompié

-¿Cómo está viviendo esto del fútbol de Córdoba?, uno imagina que con nostalgia por lo que le tocó jugar…

-Sí, no un poco, mucho. Mucho en lo deportivo y diferente en lo otro. Hoy con poco se gana muy mucho.

-Muchos de ustedes hoy serían multimillonarios…

-Sí, imaginate vos, el “Hacha” (Ludueña), Valencia, Galván, Oviedo, Ocaño…jugadores de nivel.

-¿Cómo estás viendo al fútbol de Argentina?

-Veo toda clase de deporte, pero en el fútbol me entusiasmo con uno y me lo llevan. Como el wing derecho de Lanas (Acosta), y así con varios. Uno cuando vé jugadores así se lo llevan rápido. Ahora Chavez tiene un estilo parecido al de Tevez. Buen jugador, atrevido, jugadores que les gusta porque son parecido a los del tiempo nuestro.

Hoy cambió mucho el fútbol, los botines, la camiseta, un montón de factores. Antes era difícil dominar una pelota con los tapones de cuero, ahora tienen para el agua, para días nublados.

-¿Tu mejor momento fue el de Vélez?

-Sí, en parte. La primera, la de los año del 58 al 62, me fui con jugadores que me sacaron de lo que era, muy atrevido al máximo. Esa gente me ayudó mucho.

-Te pusieron bajo el ala…

-Sí, aparte nunca me creía nada, sigo siendo el mismo.

-¿Jugás todavía?

-No, desde que me operé la cadera no, ya estoy jovato con 66.

-Pero…¿cómo cambió el fútbol no?

-Sí, ahora en vez de los delanteros, la pelota es el gran mal de los arqueros.

-¿Messi te gusta?

-Sí, tiene una explosión bárbara, y es un jugador que no habla nunca, él va para adelante siempre. El que se avivó un poco es Riquelme, se lo ve que manda y hace falta un líder así, que la pida, que rete, que oriente a los compañeros cuando están perdidos.

Daniel Willington, genio y figura, según cuentan los que saben. Jugador fantástico, entrenador romántico, cantante apasionado. Estatua viviente de Vélez Sarsfield. Patrimonio cultural de fútbol argentino.

 Franco Evaristi – Redacción Al Toque