Si cuando transitábamos los escenarios del fútbol de Río Cuarto, hace más de 20 años, comenzando este hermosos oficio de periodista nos comentaban que una institución iba a construir sus propias instalaciones justo enfrente a la puerta 2 del acceso del autódromo “Parque Ciudad de Río Cuarto”, poco menos que “están locos” iba a ser la frase más escuchada.
Pero como dice ese gran proverbio de sabiduría popular: “Las grandes obras las sueñan los genios locos, las ejecutan los luchadores natos, las disfrutan los felices cuerdos, y las critican los inútiles crónicos”, bien se puede adaptar la misma al emprendimiento en el que está inmerso el Club Deportivo Río Cuarto., que no es la única institución que está inserto en este camino, pero con este perfil, es una de las pocas.
Y el domingo finalizó una nueva edición del campeonato nacional infanto-juvenil. Con el club Atlético River Plate quedándose con el campeonato, pero con la participación de una importante cantidad de equipos y la visita de clubes como son Huracán, Argentinos Juniors e Instituto Atlético Central Córdoba a los que se agregaron una decena de instituciones de clubes afiliados a la LRFRC y la Liga Regional General Roca.
Lo más trascendente que dejó esta edición es que el certamen está en constante crecimiento, que es una escuela invalorable para los técnicos, jugadores y dirigentes para tener un contacto real de cómo trabajan las instituciones del fútbol profesional en las divisiones formativas y para llenar de algarabía la cancha chica con un certamen corto, donde el niño, compite, pero todo termina en un día y jugando tres partidos y si clasifica, tiene otros dos días de participación.
Pero, para quienes trabajan en cancha grande, acercarse al trabajo de entrenamientos que realizan los clubes denominados “grandes” debería ser una premisa fundamental, pero, sólo contadas excepciones se llegaron hasta el predio del Deportivo a la hora de los entrenamientos y eso es un déficit que todas las instituciones de la ciudad y región deben mejorar. Observar estos trabajos es piedra basal para ponerlo en práctica en los clubes nuestro y si por allí, surge el talento que puede llegar a triunfar en el fútbol profesional –de 250 niños que se inician sólo 3 llegan al fútbol profesional a primera división, estimación aproximada de acuerdo con registros de los últimos 8 años de competencia de la LRFRC- y no generar el peregrinaje de niños a una edad no conveniente para hacer el salto hacia el fútbol profesional, porque el regreso después se puede tornar traumático y perdiendo al joven de la práctica de este hermoso deporte que es el fútbol, el más popular en la Argentina.
Pasó el torneo del Deportivo. A la entidad “canaria” le queda el enorme desafío de poder cumplir el sueño de tener su predio propio para el desarrollo social y colectivo de su núcleo de seguidores. Es cierto se fue del “barrio” donde creció. Ahora, se deberá viajar para llegar hasta el “club” y allí está un nuevo desafío, seguir creciendo, pese a que el lugar donde está enclavado el predio se encuentre alejado del ejido urbano principal de la ciudad.
La idea de los dirigentes es seguir creciendo. Hay un grupo de padres que trabaja y un torneo que se hace siempre a principio de temporada que tiene una cantidad muy importante de seguidores. En el pulido del mismo y el crecimiento para el futuro, estarán las claves de un arraigo más importante.
Redacción al Toque - Carlos Alberto Valduvino