Desde la proliferación de las grandes corporaciones económicas en los medios de comunicación, profundizada en la inefable década neoliberal, el periodismo fue sufriendo una metamorfosis que llegó hasta las entrañas más profundas de nuestra sociedad.

El medio es el negocio. Esta lógica lleva que cada día que pasa los “dueños de la información” manejen, a su antojo, una inmensa estructura financiera que tiene como prioridad un negocio inabarcable dejando de lado el principal bastión del periodismo: ser la herramienta fundamental para impulsar la justicia social.

Pasa de manera global con los manejos empresariales de Rupert Murdoch (dueño de los diarios británicos News of the World y The Sum y la cadena televisa Sky, entre otros), el estadounidense Ted Turner dueño Time Warner Company (propietario de un importante conglomerado de medios, entre ellos CNN Internacional) y el grupo español Prisa (propietario de un sistema de televisión de cable, el diario El País y en Argentina dueño de radio Continental, entre otros medios).

Sucede en nuestro con país  con el holding empresarial Grupo Clarín (dueño de una infinidad de medios y productos periodísticos entre ellos el diario Clarín, el suplemento deportivo Olé y el canal televisivo TN) y con el ascenso al poder mediático-empresarial del periodista-empresario Daniel Hadad (propietario del canal de noticias C5N, Radio 10 y el portal de internet Infobae, entre otros medios).

Pero, ¿qué sucede en Río Cuarto? Muchas veces la realidad que nos impone el mundo globalizado nos hace perder de vista que sucede en nuestro lugar. Cuesta trazar un paralelismo de los exorbitantes negocios mundiales con los manejos locales. Pero es importante destacar, y no hacer la vista gorda, que el negocio empresarial monopólico existe, y crece a paso agigantados, en nuestra ciudad.  Son unos “pocos” los que manejan el “negocio de la información” a través de los medios más importantes de comunicación.

El interés en juego es grande e importante y un claro ejemplo es la disputa que se viene produciendo desde hace un par de días con el arribo a Río Cuarto del Canal 9, de señal de aire. Después de varios intentos fallidos, los riocuartenses que no poseen ningún sistema de cable - varios por cierto - pueden contar con otro canal de aire y tener una alternativa más al ya existente Canal 13 de Imperio Televisión.

Pero como ya hemos definido, la impronta de quienes manejan los medios de comunicación está bajo dominio del negocio, situación que muchas veces la ciudadanía desconoce.
A días de estar en el aire la señal de Canal 9, los directivos de Canal 13 emitieron un comunicado al ex COMFER actual AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual) y a la CNC (Comisión Nacional de Comunicaciones) que el nuevo canal de aire produce interferencias en la señal que se trasmite a través del sistema de cable.
En su portal de noticias emitió un comunicado donde se puede leer lo siguiente: “el ex Comfer y la CNC no han dado respuestas a los reclamos sobre las interferencias que sufre la programación emitida por nuestro canal. Paradójicamente las interferencias se llevan a cabo con la programación de la televisión pública, a través de una repetidora clandestina” (más información en http://www.telediariodigital.com.ar/leer.asp?idx=32977)

En diálogo con FM Maradó, 104.1, Mario Colabernardino, uno de los impulsores del arribo de Canal 9 a Río Cuarto, consultado sobre este tema expresó: “nosotros estamos en el canal 9 de aire y ellos en el canal 13 y hemos constatado a través de un escribano público, acta mediante, que Canal 9 no produce  interferencia alguna. La frecuencia de canal 9 de aire y de cable es la misma, la diferencia está que una se transmite a través de un cable y la otra va por aire.”
Y explica la situación afirmando “si algunas de las cajas de Cablevisión, donde ellos tienen la señal, tiene algún deterioro en algún sector de la ciudad, indudablemente que la caja toma la señal de aire porque está en la misma frecuencia (canal 9), pero eso no es problema de nuestro canal sino que es un problema en la rueda de distribución de Cablevisión y es imposible que nosotros podamos solucionar ese inconveniente”.

Una vez más, como casi siempre sucede, el interés va más allá de lo periodístico y el miedo de quienes manejan los medios es la apertura económica que pueda llegar a provocar el nuevo canal.

La llegada del nuevo canal de aire no sólo es una gran noticia para quienes vivimos de esta profesión y tratamos de ejercer una forma diferente de realizar periodismo, es sobretodo una gran noticia para la ciudadanía riocuartense que va a tener a su disposición la diversidad comunicacional.

Gráfico: dborghi@altoquedeportes.com.ar

Redacción Al Toque