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11-10-2008 14:48

Ganó uno de esos partidos que antes no ganaba

Estudiantes no jugó bien, pero supo reaccionar a tiempo y sacó adelante (justificadamente) un compromiso complicado ante un rival sin argumentos, pero de renombre como San Martín de Mendoza.

Esos partidos generalmente no los ganaba. Ante rivales futbolísticamente flacos y sin argumentos, Estudiantes padecía de sus propias limitaciones y terminaba sucumbiendo. Dependía de sí, pero su inoperancia y carencia convicción le hizo perder mucho de esos partidos en los que el oponente ofrece poco y nada. Ayer, el equipo de Hugo Mattea superó ese examen, esa materia pendiente de la temporada pasada. Y lo hizo con un aliciente: tuvo que remontar un resultado adverso. Estudiantes supo darse cuenta de que San Martín no merecía mucho más respeto de lo que los nombres propios imponían. Y así, casi sin darse cuenta, dio vuelta la historia en algunos pocos minutos.

Es cierto, no jugó bien, pero se trataba de esos partidos típicos de Argentino B: duro, áspero, complicado, disputado con un nivel de histeria superior a la normal. Y su mejor virtud fue interpretar que esos tipos de compromisos se ganan con inteligencia, más que con fútbol (aunque siempre es necesario). Entendió que su rol en el partido debía someterse al aprovechamiento de las urgencias del oponente, pero sin retroceder en demasía.

Amén de algunos desajustes en el funcionamiento colectivo, Estudiantes se puso el traje de equipo de Argentino B y sacó adelante un partido modelo de la categoría. Y esa es una bondad a remarcar de esta versión del “celeste” que, en la temporada anterior, por culpa de esos partidos ganables que no ganaba, llegó a estar al borde del abismo. Pero quedó claro ante el “chacarero” que, si quiere aspirar a algo serio, deberá mejorar en varios puntos. Tendrá que ser más sólido y no sufrir tanto ante embates mal gestados y carentes de idea provenientes de un equipo flaco futbolísticamente. Deberá conseguir más volumen de juego (para generar más chances), apostar más a las sociedades (lo intentó y lo consiguió por momentos) y ser más vertical (sólo generó cuatro situaciones de gol en todo el partido). En fin, una serie de cosas que se pueden ir puliendo; claro que siempre es mejor que sea sobre la victoria y no sobre la derrota.

Mostrando algunas bondades que alimentan la esperanza (actitud, temple, buenas intenciones, intelegencia), Estudiantes sorteó con éxito el primero de los tres partidos en condición de local. Le quedan dos (Guaymallén y Juniors) por delante, y allí se verá si la fisonomía de equipo que se vislumbró en el justificado triunfo sobre San Martín tiene íntima relación con el crecimiento colectivo del mismo, o bien sólo fue un espejismo.

 

Franco Evaristi – Redacción Al Toque