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  • PRIMERA A

    Final

    Toro Club (CM) 20 Renato Cesarini
    TCSD CRC

24-11-2010 14:25

Gringo, hasta el próximo partido

Un breve, pero merecido, homenaje a Miguel Ángel Giordanino a días de su fallecimiento. El defensor nacido en San Basilio y radicado en Coronel Moldes formó parte del equipo de la Liga Regional campeón nacional en 1973.
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Miguel Ángel Giordanino, nacido en San Basilio, llegó a Coronel Moldes de joven para quedarse para siempre. El “Gringo” fue un defensor con una imponente presencia física, marcaba territorio en la defensa, temperamental, con un espíritu ganador que lo constituyó en un símbolo del balompié doméstico. Compañero dentro y fuera de la cancha, un caudillo, que siempre vistió la camiseta de Toro Club Social y Deportivo.

En 1973 formó parte del plantel de la Liga Regional campeón nacional del torneo Interligas que tuvo a Giordanino como el único jugador con asistencia perfecta. Norberto Carrizo, DT de aquel equipo, lo colocó casi siempre marcando la punta izquierda de la defensa. “Hay muchos recuerdos lindos de aquel título, la verdad es que había unos jugadores bárbaros, teníamos un equipazo y con el paso del tiempo creo que vamos cayendo lo que logramos”, dijo el “Gringo” hace un mes en la salida del edificio municipal en el marco de los festejos de los 75 años de la LRFRC. “Uno de los que peor la pasó fue Giordanino porque marcaba la punta izquierda y desde el alambrado le tiraban de todo, le quedó el cuerpo lleno de marcas de las piedras, pero ahí demostró su fortaleza y temple”, cuenta Carrizo sobre el terrible partido jugado en Oberá el 18 noviembre de 1973 por el certamen nacional que tuvo al fútbol regional en lo más alto.

De características físicas sobresalientes y virtudes tácticas distintivas, Giordanino fue gladiador en 1977 cuando Coronel Moldes fue campeón con la Fusión Belgrano-Toro otorgando el primer galardón al fútbol moldense en el contexto de la Liga Regional de Río Cuarto.

El “Gringo” fuera de la cancha fue “el” cartero del pueblo. Durante más de treinta con su bicicleta surcó las calles de Coronel Moldes con tranquilidad y responsabilidad. Repartidor de noticias a domicilio, más acá devenido a un entregador de facturas, propio de una profesión que él vio mutar.

Habitante de bares, la sede social de Toro Club fue su segunda casa, allí siempre estaba el “Gringo” a la siesta y a la tardecita para hablar de fútbol, su vida irradiaba fútbol. Por la noche encontró en el servicio gastronómico de Eliseo Díaz -el “negrito” para todos- una familia más. Allí trabajan de mozo sus hijos -Santiago y Diego, ambos futbolistas- junto al “Gringo” donde su clásico de medianoche era el whisky, vaso en mano y con una sonrisa cómplice te invitaba a charlar de la vida, del fútbol, eran noches de clases de un tipo que vivió la vida.

Habitué de las canchas, Giordanino como espectador también tuvo asistencia perfecta, no faltaba a ningún partido de Toro y ahora de Alianza. Parecía que el árbitro no empezaba el juego hasta no ver al “Gringo” parado con el equipo de mate en mano apostado en la quinta columna de la tribuna baja del estadio de Toro. Lo veía de parado a los partidos y en el entretiempo tomaba mates y fumaba. Era una postal de todos los domingos, infaltable.

Y el 22 de noviembre Miguel Ángel Giordanino se fue, a los 64 años, después de lidiar con una enfermedad terminal a la cual peleó hasta el final, como no podía ser de otra manera, con el temple de siempre. Seguro que por estas horas el “Gringo” debe estar marcando territorio en alguna nube y esperando encontrar algún ladero -futbolero- para tomar unos “amargos” a la tardecita. Al mismo tiempo el estadio de Toro Club sentirá la ausencia de un habitante de siempre porque el “Gringo” no se verá más apoyado en la columna central viendo el partido de pie pero ese lugarcito estará reservado para él porque sabemos que desde arriba él estará.

 

 

Nota y gráfico: dborghi@altoquedeportes.com.ar

Redacción Al Toque