Luego de la crisis del 2001 que vivió la República Argentina, el deporte tampoco estuvo ajeno en la época más compleja que atravesó nuestro país.
En el 2001, luego de una de las peores crisis económicas que azotó al país, la Secretaría de Deportes de la Nación dejó de depender del Ministerio de Desarrollo Social (había pasado a depender por un decreto establecido por el presidente Fernando de la Rúa en 1999) y se convirtió en Secretaría de Turismo y Deporte por un decreto del presidente previsional Adolfo Rodríguez Saá. Hasta mayo de 2003 fue Daniel Scioli quien manejó la Secretaría.
Durante su gestión se creó el programa de Padrinazgos Deportivos que tenía por objeto estimular la participación de empresarios privados en el mantenimiento del Cenard y la preparación de los atletas. Loma Negra, el conglomerado cementero de Amalia Fortabat, se convirtió así en patrocinador oficial del equipo olímpico argentino.
El actual gobernador de la provincia de Buenos Aires enfatizó que durante su gestión consiguieron viajar al exterior algo más de 1700 atletas. Sin embargo, para sus detractores manipuló discrecionalmente los subsidios a cambio de disciplinar voluntades políticas y los distribuyó sin la autorización de la Sigen.
Cuando el ex motonauta asumió a la vicepresidencia en la administración de Néstor Kirchner, fue Germán Pérez, un hombre de su confianza, quien quedó a cargo de la Secretaría. Durante este período aumentó la desintegración presupuestaria en el área deportiva que comenzó con Porta y se profundizó con Marcelo Garrafo, Secretario de Deportes de la Alianza.
Esta descomposición en el presupuesto produjo un resultado negativo en lo estrictamente deportivo. Durante la gestión de Pérez la Argentina terminó en el séptimo puesto de los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003 registrando hasta ese momento la peor marca de su historia (cuatro años después, en Río de Janeiro, Argentina finalizó octavo con 60 medallas). A nivel latinoamericano, a medida que fue bajando de nivel, países como Brasil, México, Venezuela y Colombia avanzaron en política deportiva a diferencia de lo sucedido en la Argentina.
El fracaso en Santo Domingo fue el detonante que visibilizó la fractura en el área deportiva que al tomar estado público generó conflictos políticos internos. El presidente Néstor Kirchner se distanció del vicepresidente Daniel Scioli, quien a través de Pérez mantenía una fuerte injerencia en la Secretaría, y dio un golpe de efecto al nombrar al ex futbolista Roberto Perfumo, que asumió en septiembre de 2003. Para que la llegada del “Mariscal” se hiciera posible, tras dos semanas de indecisiones, intervinieron el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y hasta el ministro de Salud, Ginés González García.
Con el arribo de Perfumo se separó al Deporte de Turismo y se le dio autonomía al área. En sus primeras declaraciones públicas el ex jugador de Racing Club sostenía que su principal propósito era promover la actividad social para sacar a los chicos de la calle al mismo tiempo que afirmaba que tenía dos objetivos: aprender y ayudar. Nunca sospechó que iba a transitar por una gestión turbulenta.
El hecho que desencadenó su precipitada salida fue el ingrato momento por el que atravesó el luchador Mauricio Cabello quien, en febrero de 2004, recibió una descarga eléctrica producto de un cable pelado que salía de un tomacorriente cuando entrenaba en uno de los gimnasios del CeNARD. “Nos ponen siempre figuras arrolladoras, mediatizadas, que uno recuerda con cariño, pero eso no quiere decir que sepan conducir”, disparó durante esas jornadas encolerizadas, Héctor Alderete, encargado del área de Deportes de la provincia de Santa Cruz.
“El CeNARD está destrozado y culpa mía no es. El presupuesto no tiene un peso para reparar nada en los tres primeros meses, pero nadie se hace cargo de haber armado así el presupuesto”, dijo Roberto Perfumo quien tiempo después renunciaría a su cargo.
Duró apenas diez meses. La falta de ideas, su nula experiencia en el sector, los reclamos de deportistas ante la ausencia de becas a meses de participar en los Juegos Olímpicos 2004, el desgaste en la relación con Alberto Fernández, quien empezó a dejar de lado los proyectos de Perfumo y la mala relación con el subsecretario, Claudio Morresi, fueron los factores que influyeron para que se aleje del cargo.
Redacción Al Toque