El profesor Sergio Centurión recibió con alegría, sorpresa y emoción la caricia que le realizaron sus alumnos, estudiantes de la Licenciatura en Educación Física y asociados de la Cooperativa Coopef.
La escuelita de fútbol que funciona en el Club Juan Bautista Alberdi lleva su nombre desde el domingo 5 de junio y ese no es un dato menor. En ese marco, el docente recordó los primeros encuentros y charlas, y, a la vez, entregó una visión más que singular sobre la impronta que pregona en la formación de futuros profesionales.
“Tuve la oportunidad de conocerlos, ellos en roles de alumno y yo de profesor. Los conozco desde de segundo año de Educación Física hasta ahora, que están cursando la licenciatura y a punto ya de terminarla. Siempre hemos coincidido en que la educación física es una profesión con compromiso social y es, fundamentalmente, de docencia”, afirmó inicialmente y añadió: “Después, las posibilidades de trabajar en la parte técnica, en la faz deportiva, y en organizaciones, que muchas veces en educación física no se toca, es una instancia que tiene que ver con los nuevos roles sociales. Entonces, cuando nosotros hablamos de una educación física que saltó los muros de la escuela y que se comprometió socialmente, en la familia, en los espacios comunitarios, en los juegos populares y demás, implican una apertura en términos de conocimiento social que realmente comprometen mucho más al profesional”.
Al ser consultado sobre las sensaciones que lo abordan luego de conocer el nombramiento otorgado por el Club Juan Bautista Alberdi, Centurión destacó: “Es demasiado premio, son demasiado generosos porque uno simplemente ha hecho lo que corresponde, porque así entiendo la docencia. Si esto es un testimonio del compromiso social que yo creo debe tener el docente, vale la pena. Es importante que haya una identificación del profesional que se forma en la Universidad pública con la problemática de la gente. Y trabajar en la diferencia de un profesional de la docencia y un profesional de otro perfil, tiene que ver con que nosotros trabajamos con gente permanentemente y la gente tiene que estar adentro. Los proyectos para trabajar con la gente tienen que ser inclusivos, si nos quedamos con los mejores nos va a pasar lo que nos viene pasando siempre. Los mejores se defienden solos, lo que hay que ver es cómo nosotros comprometemos esa inversión que ha hecho el Estado en formar profesionales para ayudar a los menos favorecidos a formar parte de un barrio mejor, de una ciudad mejor, de una región y un país mejor”.
Finalmente, se dirigió con conceptos más que elogiables a los jóvenes profesionales que eligieron su figura para representar a una escuelita de iniciación y contención de chicos en un club barrial, que interpreta el deporte como un fenómeno social e inclusivo. “Generalmente nosotros estamos comprometidos con un hacer técnico: vamos a enseñarles fútbol, básquet, gimnasia. Pero identificar los problemas y crear las condiciones contextuales para llevar adelante una idea es asumir compromisos difíciles. Si nosotros, desde la Universidad, estamos ayudando a formar profesionales comprometidos y que sepan aceptar los desafíos, y que sepan transformar las cosas desde las raíces… creo que ese es el desafío que han asumido estos colegas, que ya no son más mis alumnos (risas)”.
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Redacción Al Toque