El ex delantero, en un mano a mano cortito y al pie, cuenta curiosidades de su carrera.
- ¿Cómo surge tu apodo “pechuga”?
Un día, un amigo de mi papá dice: “mirá como camina este chico, de pechito”. Ahí empezaron con pechito, pechito y fui creciendo… y quedó “pechuga”.
- ¿Un técnico?
Con Néstor Billalva me une una relación de amistad que surgió a partir del fútbol. Cuando el “chiqui” va al Deportivo, yo jugaba ahí y él dirigía las inferiores. Ahí empezó una amistad con Pablo Garraza también. Con Billalva hicimos una gran amistad y aprendí mucho de él, teniéndolo como amigo y como amigo del fútbol. He tenido técnicos que me han dejado un poquito o mucho pero algo les he sacado a todos siempre.
- ¿El mejor grupo que conformaste?
El de Atenas porque la mayoría eran jugadores que habían compartido muchas cosas. Darío Zárate, Cristian “peca” Zuñiga, Juan Lapis, Aldo “chino” Lucero, Álvaro “pipi” Machado, jugadores que terminaron siendo historia grande del fútbol de Río Cuarto y en Atenas mismo. Ese grupo tenía mucho sentido de pertenencia.
- ¿Un consejo?
El mayor consejo que rescato es el de la pasión por las cosas. Vos podés ganar diez mil pesos o dos, pero si jugás al fútbol tenés que vivirlo como tal, y yo lo viví así siempre. Ganando ochenta pesos por partido como cobraba en Roncedo o ganando mucho más, pero siempre de la misma manera. La convicción de querer llegar a un objetivo, eso me motivó siempre.
- ¿Amigos en el fútbol?
Si tuviese que armar un equipo de fútbol cinco me queda medio chico. Marcelo Sayago, Emilio Francisquelli, Alberto el “turco” Elías, Juan Masuco, Néstor Billalva, Gonzalo el “toro” Parisi, Alejandro Gaboardi, Emanuel Testa. Son muchos amigos.
- ¿Tu mejor momento?
El mejor momento en lo futbolístico fue en Acción Juvenil de General Deheza (2008-2010) porque ese año tuve la suerte de hacer muchos goles y compartir la delantera con Federico Acevedo y Javier Carassai. En ese momento, Javier era uno de los máximos goleadores de la liga.
- ¿Un mensaje a los clubes por los que pasaste?
Más que un mensaje, un agradecimiento a todos los clubes que confiaron en mí, que me abrieron las puertas. Estoy agradecido de corazón porque cada club me enseñó a caminar la vida y ojalá que podamos dirigir en la mayoría de estos clubes, ya mirando desde otra perspectiva.
- ¿Cómo te definirías?
Como una persona que la peleó siempre. Mis viejos se separaron cuando tenía 12 años, mi viejo se fue a vivir a Villa Mercedes y esa fue una etapa complicada de mi vida porque empezaba a vivir la vida, a caminar la calle y me enseñaron valores más allá que mi papá estuviese lejos. Me enseñaron el respeto hacia el otro y que hay que ser siempre uno. Además, yo voy por la calle, me cruzo con diez personas, saludo a las diez y me saludan a mí, y eso habla que uno ha hecho o hace las cosas bien. Creo que soy una persona de bien, en los grupos que he estado siempre me gustó hacer chistes, distender un poco las cosas antes de entrar a un campo de juego, donde por ahí el jugador siempre tiene la presión.
Foto: Al Toque / Archivo
Redacción Al Toque