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In memoriam

14-04-2020

Adiós a un grande de verdad

Hoy partió Oscar Alfonso. El sportsman (nacido el 14 de junio de 1928) dejó una huella imborrable en nuestro deporte y fue bandera a nivel nacional e internacional. Dueño de épicos triunfos como en 1959 cuando se coronó campeón en básquet, bochas y fútbol. Repasamos una serie de notas publicadas en Al Toque Deportes.

Oscar Alfonso posa en su casa hecho museo lleno de títulos, diplomas y distinciones.

Artículos periodísticos que comienzan a tonalizarse color sepia, fotos de todas las épocas e innumerables momentos y personas que por siempre quedarán perpetuas brotan del archivo que permite comprender la vida deportiva de uno los exponentes más significativos que dio Río Cuarto. Pero también la añoranza de una época en donde la práctica deportiva conjugaba una serie de valores que con el correr del tiempo se han desvanecido.

 

Es el álbum de los recuerdos de Oscar Alfonso el que demuestra su extensa y rica trayectoria deportiva. Confeccionado por él mismo, ese registro permite dejar vivo aquellos momentos inolvidables de uno de los mejores deportistas de la ciudad. Otros tiempos que permanecen vivos con la presencia y el recuerdo que esboza el propio protagonista.

 

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Nacido el 14 de junio de 1928 en la ciudad de Río Cuarto y con más de 70 años vinculado al deporte, su carrera deportiva quedó registrada por siempre en la historia riocuartense por caracterizarse un deportista todo terreno. En simultáneo, y demostrando brillantes desempeños, practicó fútbol, basquetbol y bochas.

 

Comenzó su actividad deportiva en Sportivo y Biblioteca Atenas en la década del cuarenta. Pero tras un breve período en la institución de Avenida Marconi se trasladó hacia el Club Gorriones para jugar a las bochas - tuvo un previo paso por Deportivo Oeste - y al basquetbol. La institución de calle Alberdi se transformaría en su hogar y en ella Alfonso cosecharía importantes logros deportivos.

 

Fue en Asociación Atlética Estudiantes en donde empezó a practicar fútbol, luego de que un dirigente de Atenas le manifestara que no era bueno para desempeñarse como futbolista. En el “celeste” formó parte de los inolvidables cadetes que marcaron un antes y un después en la historia de la institución de Avenida España.

 

El año 1959 será recordado por siempre por el ambiente deportivo de la ciudad de Río Cuarto. En esa temporada Alfonso logró el hecho histórico de consagrarse campeón en cada una de las disciplinas que participaba. En fútbol fue campeón con Asociación Atlética Estudiantes mientras que en básquet y bochas se consagró con Gorriones. “Era una locura”, dice sonriente Oscar para luego aclarar que jugaba al básquet los viernes y al fútbol los domingos, mientras que alternaba los días de la semana para competir a las bochas. Un deportista de calendario completo que llenó sus vitrinas de gloria.

 

 

Luego de debutar con la casaca de Estudiantes recaló en Talleres de Las Higueras, equipo al que llegó a formar parte por trabajar en el Área Material y en donde compartió equipo con el gran Anacleto Peano (también tuvo una fugaz participación en Independiente Rivadavia de Mendoza, equipo en el que jugó cuando fue hacer la colimba a la provincia cuyana). En 1954, con 25 años, se incorporó a Quilmes de la provincia de Buenos Aires en donde estuvo dos temporadas. Luego de su incursión en una de las instituciones señeras del fútbol argentino vistió las casacas de Deportivo Argentino de Monte Maíz y Libertad de Canals para luego regresar definitivamente a Asociación Atlética Estudiantes.

 

Oscar Alfonso empezó su recorrido junto al básquetbol en Sportivo Atenas, en donde estuvo un año. Después jugó en Gorriones donde permaneció hasta 1948, fue cedido a Central Argentino, club en el que permaneció hasta que tuvo que irse a Mendoza para cumplir con el servicio militar. De regreso en Río Cuarto retornó a la institución de calle Alberdi en donde se consolidó como uno de los eslabones claves de un equipo que marcó una época en el básquetbol riocuartense.

Con más de treinta títulos, las bochas aparecen como el deporte que elevó la figura de Oscar Alfonso en el imaginario deportivo de la ciudad de Río Cuarto y al igual que en las otras disciplinas, también comenzó su carrera en Sportivo Atenas. Luego de su comienzo en la entidad de Avenida Marconi pasó por Deportivo Oeste para recalar en Gorriones, club que se transformaría en su casa.  

 

Compitiendo en bochas obtuvo campeonatos por parejas y tríos y festejó en todos los ámbitos, tanto a nivel provincial, regional, argentino y sudamericano. Pero su principal recuerdo es haber conformado el trío junto a los inolvidables Gino Osvaldo Molayoli y Horacio Luis Mercau.

Tras una dilatada y significativa trayectoria deportiva, en 1999 la Fundación Deportiva Municipal de Río Cuarto reconoció a Oscar Alfonso como el deportista del siglo XX de la ciudad de Río Cuarto. “Es un reconocimiento que valoro porque Río Cuarto es una ciudad muy particular ya que es muy raro que le hagan un reconocimiento a sus referentes deportivos. El caso de Gino Molayoli lo dice todo. Recién después de su fallecimiento le pusieron su nombre al estadio del Club El Diario. ¿No hubiese sido mejor hacerle el homenaje en vida?. Esas son las cosas injustas que muchas veces suceden en Río Cuarto”.

 

“Que me hayan considerado el deportista del siglo es un orgullo pero a la vez una riqueza que no se ve y que no se puede usar”, comenta Alonso y explica que “si bien al deporte a uno de le dejó muchas cosas, muchas veces me pregunto por qué después de lograr tanto lo que uno tiene es por el trabajo y no por lo que me dejó la práctica deportiva”. Y agrega: “Hoy el deporte se ha pesificado mucho. A muchos deportistas de hoy le interesa saber cuánto van a ganar los domingos que llevar la insignia en el pecho representando a nuestra ciudad”.

 

Al igual que tantos otros deportistas memorables, a Oscar Alfonso lo atravesó una época en la que el deporte no cotizaba como ahora y no estaba influenciado por la profunda mercantilización. Esto llevó, a que muchas veces, la práctica deportiva se desvirtúe, pero a la vez permitió garantizar un buen pasar a los deportistas. Situación que no es idéntica a la que vivieron Oscar Alfonso y muchos de sus contemporáneos.

 

 

Fuentes: Revista Contragolpe, CEDAT (Centro de Documentación Al Toque) y Archivo Histórico Municipal.

Fotos: Al Toque

Redacción Al Toque