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Por comenzar
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Un análisis de la participación de mujeres en las dirigencias de los clubes de la Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto. Extraído del libro “Miralas Gambetear – Las mujeres cambian la historia del fútbol con golazos a los prejuicios de género”.
“Sabía que no me lo estaban diciendo a mí, Mónica Nizzardo, si no al rol social que estaba cumpliendo.”
Mónica Nizzardo, durante la 1° Jornada de Reflexión de Deporte con Perspectiva de Género e Igualdad de Derechos, organizada por la Cooperativa de Trabajo Al Toque Ltda., referida a los insultos cuando trabajaba en el Club Atlético Atlanta.
Nizzardo es reconocida por haber sido dirigente de Atlanta, haberse atrevido a denunciar a los barrabravas y ser la primera dirigente en hacerle un juicio a una barra de su propio club. Es fundadora y presidenta de la ING Salvemos al Fútbol.
“Cumplimos diez años y queremos celebrarlo. Porque somos muchas más. Porque ganamos la cancha a fuerza de sacrificio, pases cortos, gambetas y convicciones. Porque somos mujeres decididas a no dar ninguna pelota por perdida. Porque entendimos que en la cancha entramos todas y que a veces las líneas de cal pueden estirarse hasta el infinito. Porque estos nuestros cuerpos son más nuestros que nunca”, rezaba un comunicado que elevaban integrantes de La Nuestra, la organización que tiene como referente a la entrenadora Mónica Santino, en abril de 2017, a los fines de contextualizar la presentación de los festejos que realizarían por los diez años de vida de esta poderosa estructura.
Una estructura enclavada en la Villa 31, en Retiro -Ciudad Autónoma de Buenos Aires-, que busca recrear un espacio para la práctica de fútbol femenino de jóvenes que trascienda lo estrictamente deportivo e integrarlo al trabajo con perspectiva de género en otras áreas como la educación y la salud.
En otro contexto, el creciente desarrollo del fútbol femenino en nuestra región permite utilizar la frase “en la cancha entramos todas” para describir una situación que se materializa con notoriedad y es cada vez más visible. No solo por lo que ocurre adentro de la cancha, sino también fuera de ella.
En efecto, ocho clubes de Río Cuarto y localidades vecinas experimentan o han experimentado la presencia de la mujer en el cargo más alto de entidades deportivas en los últimos once años.
En orden cronológico -al menos, en la historia reciente-, el primer caso se remonta a septiembre del año 2008, momento en el que Silvia Frega ganó las elecciones y fue proclamada presidenta del Club Sportivo Municipal de Río Cuarto.
En los comicios se impuso con el 51,1 por ciento por sobre los 48,9 que logró su adversario, José Luis Barrozo. La entidad del barrio Santa Rosa volvía a experimentar elecciones tras 15 años y Frega se hizo cargo de los destinos de la institución hasta principios de 2017, momento en el que se alejó del club y la “M” (mote por el que se conoce a la populosa entidad) ingresaría en un proceso de transición institucional.
Más cerca en el tiempo, a fines de 2015, el Club Juan Bautista Alberdi recuperó su personería jurídica tras más de dos décadas de acefalía, y la flamante comisión directiva fue encabezada por Carolina Fernández.
Más allá de lo deportivo, el desempeño dirigencial en este club -que fue víctima de una serie de robos y daños- debe ponderarse por lo cultural y social, máxime si se toma como referencia su ubicación geográfica y la necesidad de utilizar al deporte como vehículo de integración y socialización en una zona donde conviven la clase trabajadora y la marginalidad.
Fernández fue presidenta hasta 2018 y, desde entonces, ocupa la vicepresidencia de la entidad, abocándose a las áreas educación y género que aborda la institución.
La aparición de Nancy Rama en el máximo cargo del Club Sportivo y Biblioteca Atenas, una de las entidades de mayor trascendencia en Río Cuarto, hizo ruido en un espacio en el que históricamente se ha instituido una lectura androcentrista y patriarcal.
En un club muy futbolero, Rama vino desde la subcomisión de tenis y ganó claramente las elecciones en mayo de 2016. Fue electa por 222 personas contra 126 que alcanzó su adversario, Ezequiel Palma, quien es el actual presidente del club.
“Es un orgullo muy grande y una responsabilidad muy grande para todo el equipo. Si bien dicen ‘Nancy Rama presidenta’, esto es un equipo y vamos a trabajar como equipo”, fueron sus primeras palabras tras los sufragios.
Rama fue la primera presidenta mujer del club y tuvo el honor de cumplir ese cargo desde 2016, año en el que la institución cumplió cien años de vida.
Fue reelecta en 2018, en este caso a partir de una lista única, y se desempeñó como titular de la entidad hasta febrero de 2019, momento en el que debió alejarse por cuestiones personales (Ezequiel Palma, quien se desempeñaba como vicepresidente, asumió en el cargo).
Durante su gestión, Rama tuvo que lidiar con los comentarios que despotricaban o que la colocaban en el terreno de la discusión sobre si estaba en condiciones o no de llevar adelante el cargo por el solo hecho de ser mujer. O bien, por no ser hombre.
Fue la propia protagonista quien explicitó cómo debió luchar con esos mensajes que aún permanecen instituidos en la sociedad, pese al enorme crecimiento de la visibilización y los derechos de la mujer y la lucha por erradicar la visión androcentrista y patriarcal.
“En el 2016 Atenas cumplió 100 años y era la primera vez en la historia que iba a elecciones. Pero no era la novedad que íbamos a elecciones históricamente, era porque se presentaba una mujer. Ganamos, pero empezaron los cuestionamientos: '¿qué va a hacer esta mujer?'. Yo agarraba más fuerza”, comentó en medio de la 1° Jornada de Reflexión de Deporte con Perspectiva de Género e Igualdad de Derechos, organizada por la Defensoría del Pueblo de Río Cuarto, la Municipalidad de Río Cuarto y la Cooperativa de Trabajo Al Toque Limitada en noviembre de 2018.
“No me gusta que nos desprecien. Yo tengo las mismas capacidades que él. Quizás menos desarrolladas porque no se me ha permitido. No se nos ha permitido a las mujeres”, afirmó, con una clara postura sobre lo que intentó y cristalizó llevar adelante durante su estadía en el club. En todas las disciplinas y también en el fútbol.
Los tres antecedentes hasta aquí referenciados empezaron a tener un correlato en la región y, en los últimos dos años, cuatro mujeres han asumido como máximas dirigentes de clubes que participan en la Liga Regional de Río Cuarto.
Alejandra Meneguzzi tomó las riendas del Club Atlético Lutgardis Riveros de Alcira Gigena a principios de 2018 y se erigió como la primera presidenta mujer de la institución del barrio Bella Vista.
Se trata de una entidad que desarrolla varias disciplinas deportivas pero el fútbol es uno de sus fuertes. Meses después de haber asumido en el cargo, la propia dirigente destacó que “antes costaba integrar a las mujeres a la comisión” pero que “hoy en día estamos en otra época en donde no es para nada complicado involucrarse como mujer”. No obstante, reconoció: “Todavía en el tema fútbol estamos un poco desligadas”.
A fines de ese año se produjo un suceso de similares características en el Club Atlético Belgrano de Coronel Moldes, cuando la doctora Valeria Carrizo (hija del ex futbolista y otrora entrenador del plantel superior y de la Selección Masculina de la Liga Regional de Río Cuarto que se coronó campeona del Campeonato Argentino en 1973) asumió en el puesto presidencial.
La foto de Carrizo y otras tres mujeres en la primera fila de la flamante comisión directiva que la entidad oficializó en sus redes sociales al momento de la asunción refleja este movimiento de crecimiento de dirigentas y la lucha por el continuo proceso rompimiento de barreras en torno a la posición de la mujer en los clubes.
En el actual 2019 son dos los casos que sobresalen en el ámbito de instituciones futboleras que participan en la Liga Regional de Río Cuarto. Por un lado, María Olga Palacio tomó el mandato a principios de año en el Club Deportivo Juventud Unida de Coronel Baigorria.
Por otro, Estela Ganzer se transformó en presidenta del Club Recreativo Confraternidad en el mes de abril.
Este caso tiene un par de aristas interesantes de marcar. En primer término que -con la asunción de Ganzer- la entidad de Sampacho dejó atrás un proceso de normalización institucional ya que había que había sido intervenido y un grupo de hinchas fueron los que se pusieron a trabajar para poner de pie a la institución “roja”. En segundo término debe destacarse que Ganzer ganó las elecciones por 102 votos a 21 sobre la lista que encabezaba Osvaldo Torres.
Y, lo que es más importante, que -a diferencia de los otros casos- se trata de una dirigenta que jugó al fútbol y es reconocida como una de las pioneras del fútbol femenino en la región, a tal punto que el Torneo Oficial de Fútbol Femenino 2018 llevó su nombre.
“En el boca a boca sigue estando a veces que tenía que ser un hombre el presidente. Esos prejuicios antiguos siguen estando, pero son la minoría”, recalcó tras asumir su mandato, demostrando que sigue desplegando su talento con la pelota y haciendo goles. Antes, hasta los 52 años, adentro de la cancha. Y ahora, fuera de ella. Detrás de la línea de cal -porque también ha sido entrenadora de categorías infantiles- y en las oficinas.
El último caso llegó desde Reducción. Club Social Recreativo presentó los nuevos directivos en septiembre de 2019 con Silvia Ortiz como presidenta de la institución. Además, se destaca la participación de muchas mujeres en la comisión: Valeria Puig (secretaria y delegada fútbol femenino), Alejandra Moriena (tesorera), Marta Escudero (vocal suplente), Valeria Andrada (revisora de cuentas titular) y Magalí Beltrán (prensa).
En el comunicado, el club manifestó que los antiguos integrantes de la comisión se reunieron para designar a los nuevos directivos y que todos trabajarían en conjunto dentro de la institución.
En época de cruenta crisis económica, de la que los clubes no están ajenos, un grupo de mujeres toma la posta para romper la imagen instituida que siempre vinculó a los hombres como aspirantes a los máximos cargos. Las mujeres dejan de estar solo en la organización del fútbol de inferiores, otras disciplinas o en actividades culturales de los clubes.
Ahora también son dirigentas, presidentas y futboleras. Adentro y afuera, en la cancha y en los escritorios.
* Extraído del libro “Miralas Gambetear – Las mujeres cambian la historia del fútbol con golazos a los prejuicios de género” -2019-