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22-07-2018

El regreso del deporte neoliberal

Por Marcelino Gasseuy

La nadadora riocuartense Macarena Ceballos abrió el debate al dar a conocer que no se respeta el pago de su beca deportiva.

El deporte es una las principales herramientas que permite comprender cómo están atravesados los procesos sociales. La política deportiva argentina es el reflejo de cómo el gobierno está manejando al país. Para conocer y comprender lo expresado, a lo largo de nuestras columnas hemos contado como las distintas administraciones han tratado al deporte desde que somos un país democrático (ver El deporte en democracia, El deporte neoliberal y La década kirchnerista). A la hora de analizar lo que está haciendo Cambiemos, la Alianza que encabeza Mauricio Macri, se puede ver claramente, en sintonía con lo que sucede en la Argentina, como en tan solo dos años se ha modificado el mapa del deporte.

Mauricio Macri conoce la fortaleza social que tiene el deporte. Y de esa manera actúa. El ex presidente de Boca Juniors sabe muy bien que es un instrumento esencial para cautivar – para no decir alienar - a las masas y generar un inmenso negocio. Nacer en el seno de una familia con fuertes vínculos le dio poder, pero fue el fútbol el que le dio popularidad. Fue esa conjugación – poder y popularidad - lo que lo depositó en la presidencia argentina. Pero sentado en el sillón de Rivadavia ha dado muestras claras lo poco que le importa un país con desarrollo deportivo.

La nadadora Macarena Ceballos fue la abrió el debate sobre la política deportiva al escribir en Twitter: “Buenas tardes @mauriciomacri, me informan desde la Secretaria de Deportes que las becas están frenadas desde abril porque el Ministerio no libera los fondos. Como deportista mi rendimiento, mejora y estadía depende de ellas. No olvidemos que no es solo fútbol, el Mundial ya terminó”. Lo expresado por la riocuartense en la red social del pajarito nos permite empezar a sacar a la luz cómo ve al deporte el macrismo.

Todo comenzó a finales de 2017 cuando Cambiemos aprobó la Ley de Reforma Tributaria. Entre los cambios dispuestos estaba la eliminación de la cláusula que permitía recaudar la alícuota del 1% de la facturación por telefonía celular que iba a parar a la caja del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD).  Desde el 12 de marzo de 2010, fecha en la que se puso en funciones, el ENARD recaudó más de $ 2.500 millones de pesos que han sido destinados al deporte de alto rendimiento.

Tras la aprobación de la Ley el programa pasó a manos del Ministerio de Hacienda, quien se hizo cargo del financiamiento de las becas deportivas. Desde entonces el deporte de alto rendimiento ha sufrido un profundo desfinanciamiento. A la demora de los pagos de las becas - ayuda esencial para el funcionamiento de los deportistas – se suma el recorte en el acompañamiento económico.

Un ejemplo, de los tantos que están ocurriendo, es el del triatlonista Luciano Taccone, campeón Sudamericano en marzo de este año. No solo le hicieron recorte económico, sino que también que lo imposibilitan de realizar una gira por Europa. “Me limitaron a una beca de nivel sudamericano y al resto de mis compañeros se la quitaron. Pero quieren medallas en los Juegos Panamericanos Lima 2019. Hay que buscar esa medalla sin ningún roce internacional, con una beca de 8 mil pesos por mes y sin viajes asegurados”, le contó Taccone al sitio especializado Triamax.

Macarena Ceballos, récord argentina en 100 metros pecho y medalla de oro en Sudamérica, no se ve afectada por ENARD, pero sí tiene demoras en el cobro de la beca que otorga la Secretaría de Deporte que conduce Carlos Mc Allister. Le deben desde abril. “Sin la beca se complica mi situación en Buenos Aires, me salva que me ayuda mi papá, pero es como si a una persona le sacaran la mitad de su sueldo. Quisiera ver que hace una persona a la que le cortan el sueldo. Yo trabajo de esto, me encanta, pero es con lo que vivo”, le dijo la nadadora al medio digital Retruco.

En el artículo escrito por el periodista Nelson Nusbaum, Ceballos contó que renunció a una beca de la Agencia Córdoba Deportes para irse a Buenos Aires para representar a un club de allá y que con la beca del ENARD solamente le alcanza para pagar el alquiler. “Yo me vine a Buenos Aires para poder mejorar mi rendimiento, superarme día tras día, competir internacionalmente y sueño con estar en los Juegos Olímpicos, pero sin la beca no puedo seguir viviendo de esto y tener la preparación necesaria para estar en el primer nivel”, cuenta la joven riocuartense.

La explicación de porqué la Secretaría de Deportes no actúa manera eficiente es porque en octubre de 2017, Mauricio Macri decidió que la misma abandone la cartera de Educación y pase a depender de la Secretaría General de la Nación, quitándole a la actividad una posición crucial. A los fuertes cuestionamientos por corrupción y subsidios discrecionales que realiza la entidad que maneja Mc Allister, hay que sumarle el rumor que suena cada vez más fuerte de la intención que tiene el gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta – socio político de Macri – de vender los terrenos en donde se emplaza el Centro Deportivo de Alto Rendimiento (CENARD), que depende de la Secretaría de Deportes.

El jefe de gobierno quiere deshacerse del espacio deportivo utilizado por los deportistas de elite para realizar el más grande negocio inmobiliario de la historia de la ciudad ya que aspira a conseguir más de u$s 1.000 millones sólo por la venta de terrenos. Si se produce el cierre del CENARD afectará no sólo a los deportistas, sino que también a unos 450 trabajadores, quienes ven en peligro su fuente laboral.

Pero demostrando que los intereses pasan por otro lado, Cambiemos muestra celeridad en otros aspectos. Macri no respetó su promesa de campaña y apenas asumió decidió dar de baja Fútbol Para Todos (FPT). A pesar del manejo indiscrecional que realizó el kirchnerismo, el programa permitía a millones de argentinos mirar de manera de gratuita su deporte favorito. El negocio del fútbol volvió a los conglomerados mediáticos privados (Fox y Turner) y sigue manteniendo al Grupo Clarín, aliado principal de Cambiemos y uno de los dueños de Torneos, la productora que nunca se alejó de la televisación ya que se mantuvo durante el FPT.

Lo que le importa al macrismo es el negocio que impera en el fútbol. Con el nacimiento de la Superliga, las reuniones no se realizan más en el predio de Ezeiza sino que se ejecutan en coquetas oficinas de Puerto Madero. Y una de las consignas principales es que los clubes se transformen en sociedades anónimas. El empoderamiento cada vez mayor de los clubes más importantes, con Boca Juniors a la cabeza, tienden a la debilitación de los menores. Daniel Angelici, presidente xeneize, es el brazo ejecutor de las pretensiones hegemónicas de la Casa Rosada. Mientras que en la cámara baja el diputado de Cambiemos Nicolás Massot tendría bien guardado un proyecto de ley que sería presentado en el Congreso para habilitar a que los clubes se conviertan en SA. Esto ya ha hecho que socios e hinchas de distintos clubes comiencen a agruparse para que sus instituciones no sean avasalladas.

“Queremos que el deporte sea una herramienta de transformación social”, expresó Mauricio Macri en plena campaña presidencial. Lamentablemente sus dichos no coindicen con la aplicación de sus políticas. Lo demuestra claramente como la implementación de los tarifazos golpeó fuertemente a los clubes sociales. Estos espacios que contienen a millones de chicos y chicas en el país sufren como pocos le aumento indiscriminado de los servicios básicos.

 

Redacción Al Toque

 

Fuentes Consultadas: www.retruco.com.ar, www.ephectosport.com.ar, www.triamax.com y www.pagina12.com.ar