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Fútbol - Liga Regional de Río Cuarto - Infanto Juvenil

07-04-2019

Del maestro y uno de sus discípulos

Por Redacción Al Toque.

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“¡Por afuera!”, pide cuando atacan. “¡Toquen, vuelvan!”, indica y agrega cuando la pierden. “¡Metanla para adentro! ¡Biennn!”, señala cuando avanzan, hay gente en el área rival y el centro es acertivo. “Afuera!”, grita cuando la pelota quema dentro del área propia. “Usted: vuelva de último a la medialuna”, le dice a un defensor tras hacer un lateral.

Ir a ver las categorías de Defensores de Alberdi, un sábado por la tarde, es encontrarse con Alejandro Marcial (25/05/1930) y este tipo de indicaciones para sus dirigidos. Las aseveraciones expuestas anteriormente están enmarcadas en el partido de la Categoría 2010 que el local anima ante San Cayetano -por la tercera fecha del Torneo Infanto Juvenil- y que, luego, terminará con un anecdótico resultado a favor.

La pasión con la que se expresa el hombre, que vio nacer –futbolísticamente- a Pablo Aimar, está intacta. Y es un regalo disfrutarla. Y disfrutarlo, siguiendo las acciones sentado –con las piernas cruzadas y un chaleco a cuadros, como para que el sol otoñal no lo sorprenda- en el banco de suplentes. A la sombra y bajo la atenta mirada de quienes lo admiramos por lo que fue, por lo que es y por lo que siempre será.

 

Un festejo particular

¡¿Cuántas veces vez viste un delantero festejar un gol con su propio arquero!? Seguro que algunas veces pasa, pero no es lo habitual.

Eso también pasó en la tarde del “defe”. Cuando uno de los pequeños marcó uno de los goles del triunfo. Primero lo gritó, a corazón abierto y con la sonrisa dibujada. Cuando pasó ese tremendo impacto emocional, indicó –precisamente con el dedo índice de la mano derecha- al guardián de su valla y salió despedido hacia él para fundirse en un abrazo.

Cosas de chicos. De grandes chicos. En una tarde de sábado.

 

 

Fotos: Al Toque