La Primera Nacional pasó de ser la categoría más competitiva y llamativa a ser la más “manoseada” del fútbol argentino. El tire y afloje de ideas e intereses provocan el crecimiento de la incertidumbre hacia su definición.
Ascensos directos sí, ascensos directos no. Que reducido, que suspensión total o reanudación normal. Firmas en apoyo a AFA y un rebelde con causa provocaron que la Primera Nacional refleje, una vez más, la desidia de nuestro fútbol argentino.
El torneo correspondiente a la segunda división del país detuvo su marcha en la vigesimoprimera fecha (o sexta jornada de la segunda rueda) debido a la pandemia mundial que nos acontece. Hasta ese entonces Atlanta (38 puntos), por la Zona A, y San Martín de Tucumán (44 unidades), en la Zona B, eran los líderes y quienes se adjudicaban el derecho a la primera final por uno de los saltos de categoría.
Por su parte, el Estudiantes de Marcelo Vázquez se mantenía al acecho. Estaba a un punto del “bohemio” en el grupo A y había arrancado el 2020 con dos victorias (Platense y Atlanta de local), tres empates (por 0 a 0 frente a Temperley, Independiente Rivadavia de Mendoza y Mitre – todos de visitante) y una caída en Caballito con Ferro Carril Oeste.
A partir de la suspensión de la acción es que empezaron las conjeturas y lucha de intereses.
Desde AFA dieron por finalizadas todas las temporadas en TODAS las categorías y se dejó sin efecto los descensos.
En Primera División, la Copa de la Superliga, que experimentó la primera fecha y contó con la NO presentación de River Plate ante Atlético Tucumán, quedó en el olvido. Desde el septiembre del 2020 (sí es factible la vuelta de la actividad) o 2021 el certamen de la máxima categoría se llamará Liga Profesional y posiblemente no tenga descensos por dos temporadas.
En la Primera Nacional el barro es mucho más espeso y engañoso. Los clubes más “familiarizados” o “amigos” al presidente de AFA (Claudio Tapia) como Defensores de Belgrano, Tigre y Deportivo Riestra pujaban para que la temporada no se termine. Aunque no sólo querían eso, sino que también “llevaban agua para su pozo” e intentaban ascender directamente (caso de Defensores – segundo en la Zona B y buscaba el salto por puntos de una tabla general) o modificar el torneo para ingresar a un reducido / playoffs (caso Tigre, quien no está entre los cuatro primeros del grupo B y buscaba un hexagonal final).
En tanto, los líderes de los grupos también formaron opinión. Atlanta y San Martín, en primera instancia, buscaron el ascenso directo. Lo consideraban no sólo por la posición de privilegio, sino también porque la situación sanitaria se agrava en nuestro país y la vuelta al fútbol no es factible.
Semanas posteriores, la dirigencia del “bohemio” pegó el volantazo y lo dejó solo al “ciruja” tucumano. Atlanta firmó, junto a los otros 30 clubes, el comunicado en referencia a la culminación de la competencia en cancha y le soltó la mano a San Martín.
Esa decisión desató una feroz interna en la dirigencia de Atlanta. Por un lado quedó Gabriel Greco, presidente del club y quien entabló una gran relación con Tapia y compañía, y por el otro el vice Alejandro Korz, que renunció a su cargo tras el cambio de postura de la institución.
A todo esto Estudiantes también tomó cuerpo. Si bien Alicio Dagatti no se mostró en los medios con la misma periodicidad que los dirigentes anteriormente nombrados, el presidente del “celeste” sostiene que la Primera Nacional debe finalizar en la cancha (Ver nota aquí) y además trató de “miserable y oportunista” la protesta de San Martín de Tucumán.
Corrían los días y había nuevas novedades en relación a la definición de la competencia. Roberto Sagra, mandamás de San Martín, no se quedó en la primera manifestación y apostó más: Elevó una protesta al TAS, los hinchas organizaron una protesta en las calles (violando la cuarentena y aislamiento social) y declaró con pierna fuerte en los medios.
Cabe aclarar que el presidente de San Martín apoyó la reelección de Tapia (Ver aquí) y se mostró conforme con la unidad que se muestra en la calle Viamonte, aunque no está para nada contento en cómo se maneja este tren llamado Primera Nacional.
Como si fuera un dominó, las declaraciones de Sagra siguieron volteando las fichas de la dignidad dirigencial y tal como efecto contagio trajo nuevos testimonios. Marcelo Achile salió con los tapones de punta a defender a la gestión Tapia, a la mesa de Primera Nacional y, por supuesto (debido a los intereses individuales), a su club, Defensores de Belgrano. Además, desde el Comité de Ética de AFA se denunció a Roberto Sagra justificando su falta de fair play deportivo.
Este es el panorama actual de la Primera Nacional. Rodeada de incertidumbre y fuego cruzado constantes y con un “manoseo” típico de los manejos dirigenciales en Argentina. Hasta el momento no se sabe cuándo, ni cómo, se reanudará la competencia, aunque queda claro que se terminará en la cancha.
Habrá que ver si por esas “casualidades” de este bendito deporte a San Martín no le toca un árbitro con una mala noche y si los caballos del comisario no galopan con furia en el sprint final del campeonato.
Así están las posiciones en la Zona A con 21 fechas disputadas > Ver aquí.
Gráfico Al Toque
Redacción Al Toque